Un vigués logra la dación en pago tras acampar en huelga de hambre

E.V.PITA VIGO

VIGO

M. MORALEJO

Ricardo Barcia levantó esta tarde su tienda de campaña frente a la sucursal de IberCaja

20 nov 2012 . Actualizado a las 19:11 h.

El vigués que se desahució a sí mismo ha logrado que el banco le conceda la dación en pago. Ricardo Barcia pasó 10 horas acampado y en huelga de hambre hasta que, a las 19.30 horas, ha salido del notario con el documento en la mano. El banco se queda la casa y él se libra de la pesadilla de una deuda de 50.000 euros. «Me han mandado una carta, lo contrasté en el notario y es mi propuesta. Les doy las llaves y cancelan la deuda. Es lo correcto, ya no procede quedarme», dijo ayer, mientras levantaba el campamento. «Estuve un día con hambre pero tenía que llegar hasta el límite porque ya no aguantaba más», añadió este camionero de 50 años parado desde hace cuatro años.

El hipotecado acampó e inició la huelga de hambre a primera hora de la mañana para reclamar la dación en pago de su hipoteca, realizada sobre una vivienda situada en el municipio de Salceda de Caselas. Tal y como había anunciado, se ha apostado en el centro de la ciudad para reclamar una solución, puesto que se quedó en el paro en el 2008 y carece de ingresos.

El afectado instaló una tienda de campaña frente a la sucursal de IberCaja apoyado por miembros de la plataforma Stop Desahucios. Estos han pintado una pancarta que anunciaba el inicio de la protesta.

En su comparecencia ante los medios, Ricardo Barcia dijo que está «desesperado». Según él, el banco escrituró por 57.000 euros y le hipotecaron por 90.000. «Me preguntan si ya tengo dinero, solo me quieren exprimir, no soy un cliente soy una víctima. Un familiar me da un plato de comida», dijo antes de reunirse con el director de la sucursal, que le llamó para negociar.

Tras reunirse 20 minutos con directivos de IberCaja, Ricardo anunció que continuaba con su huelga de hambre mientras la central de Zaragoza no le responda. «Mientras no lo vea claro, no salgo, llegaré hasta donde la salud me diga». La central quedó en darle una respuesta en un tiempo prudencial y esa misma tarde le envió el borrador del documento que se ajusta a sus peticiones. Ahora, respira aliviado porque podrá rehacer su vida desde cero.