El colegio de niñas que se convirtió en hogar de mujeres

María Jesús Fuente Decimavilla
maría jesús fuente VIGO / LA VOZ

VIGO

CEDIDA

El centro de las Esclavas de Crecente lleva funcionando más de medio siglo

15 nov 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

En silencio y de forma discreta, así se ha mantenido siempre el que fue primero colegio y posteriormente residencia de las Esclavas Dolorosas de Crecente. La coherencia y la necesidad obligaron a sus responsables a adaptarse a la edad y circunstancias de sus huéspedes, todas mujeres con algún tipo de discapacidad intelectual. Buena parte de ellas entraron siendo niñas y han pasado toda su vida en esas instalaciones. Al cuidado de las mismas se encuentran cuarenta personas, lo que convierte al centro en la mayor empresa del municipio e incluso de la comarca. Ahora, y pese a tantos años de esfuerzos, su continuidad pende de un hilo, de la renovación del convenio con la Consellería de Traballo e Benestar Social, tal como se viene haciendo desde hace veinte años. El coordinador general Leví Olivares nunca ha perdido la esperanza y confía en que las negociaciones vayan adelante. Cree que los próximos días serán cruciales, aunque, en principio, aprecia buena intención a la hora de buscar alguna forma para colaborar.

La transformación del colegio en residencia, motivada por el paso de los años y, por consiguiente, por el crecimiento de las residentes, obligaba a cambiar la configuración de las instalaciones, algo que hasta ahora ha sido imposible afrontar por falta de presupuesto. Que hay intención de llevarlo a cabo lo demuestra el hecho de que el Concello haya cambiado el plan general para facilitar las cosas. Ahora la ampliación se descarta y se conforman con dejar las mismas plazas, para lo que se rehace el proyecto inicial. Todo, con tal de que las personas que llevan en ese hogar toda su vida no lo tengan que abandonar.

«Confiamos en seguir negociando con la Consellería, los próximos días serán clave»

Leví Olivares