El fiscal culpa a Juan Lago y a su hijo de la quiebra de Alfageme

e.v.pita VIGO / LA VOZ

VIGO

Pide 10 años de inhabilitación y el pago de 17 millones a los acreedores

15 mar 2012 . Actualizado a las 11:18 h.

La Fiscalía y los administradores concursales consideran culpables al dueño de la conservera Bernardo Alfageme, Juan Lago, y a su hijo, Gustavo, que ejercía de consejero delegado, por llevar la firma viguesa a la quiebra de forma intencionada o negligente en abril del 2010. El juicio se celebró ayer en el Mercantil número 3.

La Fiscalía pide diez años de inhabilitación para dirigir empresas para ambos acusados, a los que les responsabiliza de un concurso culpable. Además, el Ministerio Público reclama el pago de 11 millones de indemnización y otros 6 millones para abonar los salarios de los empleados. Subsidiariamente, debería pagar la promotora inmobiliaria Promalar, propiedad de los encausados y que se habría beneficiado de la venta del céntrico solar de la fábrica.

Un administrador concursal declaró en el juicio que Alfageme estaba en insolvencia contable desde el 2007 y se quejó de que «no hemos tenido colaboración» de los directivos. Sospechan que escenificaron esa insolvencia y que ese fue uno de los «muchos motivos» que les llevó a pedir el cambio de intervención en la empresa por la sustitución de los gerentes y el cese de los administradores. Los interventores reclaman que el juez les imponga una indemnización de 42 millones, que percibirían los acreedores y que pagarían subsidiariamente tres empresas del grupo. Además, proponen que Lago abone 2 millones.

Los demandados, junto a un tercer directivo, replican que la suspensión de pagos fue fortuita. Se basan en peritos que en el juicio aseguraron que la situación de insolvencia de la conservera era igual en el 2007 que en el 2010, por lo que su gestión no agravó la falta de liquidez. Desde el 2008 impulsaron un plan de viabilidad.

Juan Lago relató que la financiación que obtuvo de los bancos en septiembre del 2006 para comprar la conservera ascendió a 33 millones pero era insuficiente. «Esa empresa era inviable, hacía falta 50 millones para dotarla de liquidez», dijo. Añadió que un banco y el Igape hicieron con la empresa el plan de viabilidad en un momento en que la firma estaba en transformación, con la fábrica de Rivadumia reformada, la de Vilaxoán en modernización e iban a reducir los 350 empleos. «Los bancos le dieron poderes a Rivas, nos hicieron esperar al 2010 y negociamos para conseguir 15 millones, pero nos financiaron con dos millones que no valían para nada. Cuando el Igape y los bancos nos dieron solo dos millones, no quedó otra solución que el concurso», relató ayer Lago. Asesorados por su bufete, suspendieron pagos.

Su hijo Gustavo prefirió pagar 2 millones de penalización por romper el contrato de compra de Thenaisse-Provote, que les iba a costar 11. «Fue de sentido común y acerté. Vi la fábrica y no nos aportaba nada», alegó.

«El Igape y los bancos nos dieron 2 millones en vez de 15; la solución fue el concurso»