El zoológico logra autorización de la Xunta 41 años después de abrir

María Jesús Fuente Decimavilla
maría jesús fuente VIGO / LA VOZ

VIGO

El incumplimiento de la normativa impedía hasta ahora el visto bueno

25 feb 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Transcurridos más de 41 años desde su apertura al público, el zoo de A Madroa ha conseguido, por fin, la autorización de la Xunta.

Hasta ahora, las sucesivas inspecciones efectuadas por la administración autonómica se saldaban siempre con apercibimientos al Concello para que adaptara las instalaciones a la normativa europea. Incluso se llegó a hablar de cuestiones de seguridad para los trabajadores.

Una vez subsanados los defectos, la semana pasada la Dirección Xeral de Conservación de la Naturaleza resolvió conceder al denominado Organismo Autónomo Municipal Parque das Ciencias Vigozoo el número de autorización PO-2010/01-PZ, bajo el que será inscrito en el registro gallego de parques zoológicos.

Antes, en concreto el 27 de enero, fue inscrito en el Registro de Establecimientos de Animales Domésticos y Salvajes en Cautividad de Galicia como parque zoológico y centro de cría, cuya autorización provisional había sido otorgada en el 2008.

Hace un año que la Xunta había detectado todavía varias anomalías en el zoo vigués. Con tal motivo concedió al Concello un plazo de seis meses para subsanarlas. Entre los requerimientos figuraba la licencia municipal de actividad como zoológico y la modificación del programa nutricional para que las dietas se ajustaran a las necesidades alimentarias de cada especie. Para ello proponía adecuar y dosificar los suplementos minerales.

A raíz de esa misma inspección, la administración autonómica exigía un plan detallado y definitivo del programa de cría en cautividad, así como de recuperación de las poblaciones del noroeste peninsular del Sapoconcho común.

La memoria descriptiva de las actividades desarrolladas era otra de las condiciones indispensables para dar el visto bueno al recinto de A Madroa.

La historia del zoo vigués es la historia de denuncias, inspecciones y obras desde su apertura en 1970.

Desde entonces grupos ecologistas denunciaron en varias ocasiones las condiciones en las que vivían los animales, en un principio, la mayoría entre rejas. Pedían su reconversión en centro de recuperación de fauna silvestre de Galicia, protectora de animales y granja escuela.

Las reiteradas denuncias y el incumplimiento de la normativa europea llevaron al Concello a iniciar su reestructuración y a eliminar de forma paulatina las barreras hasta lograr prácticamente su desaparición.

Entre las iniciativas impuestas por la ley figuraba precisamente la necesidad de dar a las instalaciones un carácter más didáctico y menos como simple muestrario de animales.

La Unión Europea hizo especial hincapié en este aspecto, junto con la recuperación de animales en peligro de extinción.

La magnitud de las reformas y la lentitud con la que se han ido ejecutando a lo largo de los años obligaron al Concello de Vigo a solicitar más de una prórroga a la Xunta para evitar el cierre del zoo.

Uno de los apartados que más retraso han acumulado ha sido el de investigación, aunque finalmente se saldó con un convenio para estudiar la anestesia en animales salvajes.