En la ciudad de Vigo hay cerca de 32.000 personas sin trabajo. Gran parte de esta cifra procede del desplome del sector naval. Barreras, el más grande astillero de España, tuvo que acogerse a la ley concursal, al igual de Vulcano, el otro grande de la ría. Todos aprendimos este año que el tax lease es un sistema de bonificación para la construcción naval en España, que ha dejado de gustar a Bruselas. Pero no es el único sector en desplome. La automoción no es lo que era y el comercio tampoco ha aguantado las tensiones de la economía.
Como tampoco aguantan los desagües vigueses cada vez que cae lluvia en abundancia. Ocurrió a finales de agosto. El agua se apoderó de la ciudad.
Y la violencia machista tampoco nos abandonó este año y una mujer resultó muerte a manos de su pareja en la parroquia de Coruxo. Aquella muerte fue tan dramática como el asesinato de una mujer de Fornelos de Montes en Madrid a manos de un desequilibrado. La joven estaba embarazada y su hijo no pudo sobrevivir.
La actitud de Abel Caballero daría para mucho debido a su innato carácter bronco con quienes no comulgan con él. Incluso dentro de su partido, donde se desató un pulso en torno a la permanencia de Carmela Silva en dos cargos. Finalmente perdió su pulso y Silva Rego se marchó a Madrid.