La Xunta deniega el permiso para derribar el asilo de Karpin

María Jesús Fuente Decimavilla
maría jesús fuente VIGO / LA VOZ

VIGO

La promotora debe renovar los créditos y el Concello aprobar el plan

09 dic 2011 . Actualizado a las 12:11 h.

El proyecto urbanístico del Barrio del Cura, promovido por el exfutbolista céltico Valery Karpin, se enfrenta a un obstáculo tras otro.

Ahora es la Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta de Galicia la que ha decidido que no concederá licencia para la demolición del viejo asilo de Pi y Margall hasta que no se apruebe el Plan Especial de Reforma Interior (PERI) de esa zona. Será entonces cuando la administración autonómica inicie el expediente que permita el derribo del edificio, excepto la iglesia, que será trasladada piedra a piedra a Navia, tal como se acordó en su día.

Pero las trabas para la promotora no acaban ahí. Para que se apruebe el PERI tendrá que renovar antes los préstamos correspondientes al suelo por importe de 30 millones, y firmar un convenio de gestión, según han explicado fuentes de la propiedad.

Los sucesivos retrasos en las tramitaciones han provocado el vencimiento de los créditos el pasado 31 de octubre, de ahí que tengan que volver a renovarlos. Nunca se imaginó la promotora de Karpin que un proyecto de tal envergadura iba a tener que enfrentarse a tanto contratiempos y burocracia hasta el punto de tener que empezar de nuevo por el principio.

Primero fue la espera por la licencia municipal que no llegó a materializarse al advertir la Xunta sobre la necesidad del visto bueno de Patrimonio. Tras esperar por este último, finalmente ha llegado la respuesta negativa.

El panorama ahora tampoco aparece ni mucho menos despejado, teniendo en cuenta que una vez renovado el crédito, tendrá que aprobarse el PERI, después será la Xunta la que conceda la licencia para el derribo del asilo, a lo que le seguirá la licencia municipal y, por último, el inicio de la urbanización y construcción en el Barrio del Cura.

La consecuencia de tanta dilación ha sido el progresivo deterioro del antiguo asilo de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados y su ocupación en sucesivas ocasiones. Nada más abandonarlo en el 2011 las monjas para trasladarse a las nuevas instalaciones de Navia, una jueza tuvo que ordenar el desalojo de okupas ante su venta inminente.

El último episodio de ocupación tuvo lugar la semana pasada y obligó a la promotora a denunciar los hechos en el juzgado ante el peligro que podría suponer para las personas. Previamente y tras el anuncio de que se iba a habitar, envío de una carta al Concello, Policía y Subdelegación del Gobierno al no poder la propiedad adoptar medidas coercitivas ni tener autoridad para impedir la ocupación. También denunció la rotura de una valla por valor de 9.000 euros.

Las actividades de los okupas fueron convocadas en defensa del Barrio del Cura y contra la especulación, algo para lo que la promotora hubiera dado permiso, según explica un responsable. No solo eso, sino que además, añade que precisamente su proyecto es contra la especulación al intentar recuperar una zona extremadamente degradada de la ciudad para cambiarle totalmente la cara.

Otra de las consecuencias del abandono del inmueble de Pi y Margall ha sido su conversión en un estercolero y los incendios que se han sucedido hasta el punto de ser la actuación más repetida por los bomberos de Vigo en los últimos tiempos.

El retraso que seguirá acumulando el proyecto como consecuencia de la burocracia podría suponer un peligro desde el punto de vista de la seguridad y sanitario si no se toman medidas.