La artista francesa, premio nacional, reside en la villa desde el 2008
06 dic 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Baiona significa mucho para ella. A este municipio llegó en el año 93 para lanzar al mar las cenizas de su hija. Desde entonces siempre ha vuelto para respirar el aire del mar, admirar el paisaje y disfrutar de su gente, hasta que hace ya tres años decidió quedarse a vivir durante todo el año.
Su consagración a la villa ha dado un paso más, porque Michele Lescure, la primera extranjera que recibió el Premio Nacional de Escultura en 1972, ha decidido donar la obra de toda su vida al Concello de Baiona. El conjunto de esculturas metálicas de acero inoxidable, murales de estilo contemporáneo, figuras de fauna metálica, piezas de ritmos musicales y cerámicas, entre otras, se encuentran ya custodiados en las instalaciones del futuro Museo de la Navegación, enviados desde la casa de Madrid de la artista. Junto a estas obras, una treintena de cuadros repartidos ya por diferentes dependencias municipales. La pintura es la faceta artística más conocida de Michele en Baiona, por su afición a pintar al natural, a sacar los bártulos en días de buen tiempo para captar los rincones de la villa con su mirada impresionista y de colores intensos. «Pinto en el mismo paisaje, es la forma de expresar directamente lo que veo, necesito estar delante de la naturaleza», manifiesta.
Recibir la obra de Michele Lescure ha sido un privilegio para el Concello, destacaba ayer la edil de Cultura, María Iglesias. El gobierno estudia los emplazamientos donde poder exponerlos, tanto en locales públicos como al aire libre. Durante los próximos días firmarán el contrato de cesión.
Michelle Lescure nació en París, pero reside en España desde hace más de cincuenta años. Al terminar Bellas Artes, obtuvo una beca en la Casa de Velázquez, donde continuó forjando su temperamento escultor. En España conoció a su marido, Antonio Martínez Penella, doctor y catedrático de escultura en la facultad de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, ya fallecido. Su vida ha transcurrido de exposición en exposición, atendiendo multitud de encargos, llevando su obra a museos de prestigio como el Prado, el Ateneo o Círculo 2. Ahora reconoce que no deja Baiona por nada del mundo, donde continúa creando, cultivando un gran sentido del humor, paseando en bicicleta y sacando sonido a su clarinete después de tres años en la escuela de música.
«Me encanta vivir en Baiona y sé que en el Concello mi obra estará bien cuidada »
Michel Lescure