Aprendió a cortar el pelo con Luis Llongueras, cuando al estilista catalán se le conocía como el Dalí de las peluquerías. Esa oportunidad se le presentó a Paula María González Alonso (31 años) cuando tenía 16 años. Fue de un modo un tanto surrealista, pero mucho menos que la peluca de guinness que le hizo el de Esparraguera al divino de Cadaqués. Resulta que la joven viguesa participó en un cursillo de Llongueras en Vigo y, al preguntarle el maestro por su experiencia vital, no dudo en responderle: «Me he aburrido». A los pocos días se comunicó con ella para decirle que se fuese a la ciudad condal a aprender el arte de la peluquería, trabajando con él, como premio a su sinceridad.
-¿Cuánto tiempo pasó en Barcelona?
-Fueron cuatro años y me resultó una experiencia fabulosa. Por la mañana iba a clases y, por la tarde, trabajaba con él en la peluquería. Además, no tuve que pedirle dinero a mis padres, porque cubría los gastos con lo que ganaba.
-¿Qué recuerdos guarda?
-Muchos y muy bonitos, porque pasaron bastantes personajes por la peluquería de Llongueras, sobre todo artistas.
-¿Le cortó el pelo a alguno?
-La voz cantante en este caso la llevaba Llongueras, sobre todo en lo que tiene que ver con el corte en sí. Yo era ayudante y le lavé el pelo a Alejandro Sanz. Se mostró muy normal, como cualquier otro cliente. También me sucedió lo mismo con Ana Obregón y Mar Flores, entre otros famosos. Hasta acudió el Rey Juan Carlos, aunque yo no trabajé ese día.
-¿Cómo definiría el estilo de su maestro?
-Por su corte de pelo asimétrico, nunca es igual, sin tendencias, ni modas.
-¿Y lo aplica?
-(Sonríe). Sí, si me dejen.
-¿Tiene gran influencia el cabello en la personalidad?
-Mucha más de la que la gente pueda pensar.
-¿La tendencia actual?
-Muy degradado por detrás y largo por delante.
-¿Los hombres?
-De todo, pero en los jóvenes están causando furor las crestas, sobre todo a raíz de que la luzca el futbolista brasileño Neymar. Incluso me las ha pedido algún hombre de 40 años.
-¿Lleva mucho tiempo con la peluquería?
-Bastantes años, pero nos hemos trasladado desde Zamora al 42 de la calle Barcelona, por lo que cuento con la clientela de antes y los que se sumen ahora. No me quejo, a pesar de la crisis. La peluquería se sigue llamando Igudis.