Caballero pactó con el anterior obispo dejar la Cruz del Castro

Juan Manuel Fuentes Galán
juanma fuentes VIGO / LA VOZ

VIGO

El acuerdo del alcalde con José Diéguez se ha mantenido en secreto

14 ago 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Abel Caballero y José Diéguez se reunieron el 16 de abril de 2008 en la Alcaldía. De aquel encuentro solo trascendió que la Iglesia había llegado a un acuerdo con el Concello para la retirada de los símbolos de la guerra civil que todavía pervivían en las fachadas de algunas iglesias viguesas.

El acuerdo fue dado a conocer por el alcalde, que fue el único portavoz de la reunión. José Diéguez salió del Concello sin hacer declaraciones y delegó este cometido en Caballero. Desde entonces el anterior obispo nunca comentarios públicos al respecto.

Lo que no explicó el alcade a los periodistas es que en aquella reunión también se habló de la Cruz de O Castro. Según fuentes de toda solvencia, Caballero y Diéguez llegaron a un consenso sobre este símbolo consistente en su mantenimiento, un pacto que consideraron más conveniente mantener en secreto. De esta forma el alcalde evitaba un conflicto con los sectores que reclaman su desaparición.

Tres años después, la decisión de retirar las inscripciones del bando franquista existentes en las iglesias se ha cumplido en su totalidad. Igualmente, el acuerdo de mantener la cruz del monte de O Castro, un asunto del que Caballero no quiere hablar y que le ha distanciado de la comisión de la Memoria Histórica. Este colectivo considera que la Cruz de O Castro sigue siendo la Cruz de los Caídos, erigida en 1961 por los franquistas para honrar a sus muertos en la guerra del 36.

Silencio forzoso

El acuerdo cerrado por Caballero con José Diéguez es conocido por su sucesor en el obispado, Luis Quinteiro, y en la diócesis dan por seguro que se mantendrá. De momento, el alcalde está sorteando la presión de la comisión de la Memoria Histórica, a la que se ha sumado recientemente la federación vecinal.

Ambos colectivos, junto con partidos como Esquerda Unida, mantienen viva una campaña destinada a eliminar la cruz, una opción que la diócesis rechaza. Esta demanda se activará con seguridad en las próximas semanas, cuando exactamente dentro de un mes este símbolo cumpla medio siglo. Aprovechando la fecha, hace algunas semanas la presidenta de la federación, María Pérez, reclamó que «este sea el último aniversario que la cruz se mantenga en O Castro».

Esta demanda no encontró respuesta alguna por parte del alcalde, forzado a mantener su compromiso con el Obispado y que tampoco quiere abrir un conflicto con los sectores ciudadanos que defienden la pervivencia de la cruz y aquellos a los que no les molesta. Preguntado por los periodistas sobre este asunto, Caballero respondió con un lacónico «sin comentarios». Sin embargo, en septiembre la federación y la Comisión de la Memoria Histórica intentarán que se defina.

Probablemente no lo tendrán fácil, ya que este colectivo ciudadano lleva meses sin poder hablar con el alcalde. Tras una primera reunión Caballero no les ha concedido nuevas entrevistas una vez que decidieron impulsar la campaña para la retirada de la cruz.

Eso sí, Caballero defendió la retirada de los símbolos franquistas de las iglesias y el 6 de mayo del año pasado acudió a la Concatedral. Ese día empezaron a retirarse los nombres de los caídos franquistas y calificó la fecha como «el restablecimiento de la normalidad democrática y de la justicia».

La Cruz del Castro se inauguró el 14 de septiembre de 1961

50

años de existencia

Caballero y el Obispo consensuaron en 2008 que la cruz no sería retirada

40

meses del acuerdo