«Por aquí han pasado desde Fito y Fitipaldis a Batistuta»

Xulio Vázquez VIGO / LA VOZ

VIGO

Tuvo días de vender 500 bocadillos, pero ahora hay quien pide medio

27 jun 2011 . Actualizado a las 12:15 h.

Parece tan fácil: «panecillo partido longitudinalmente en dos mitades entre las cuales se colocan alimentos variados». Pero a nadie se le había ocurrido lo del bocadillo hasta que un duque con nombre de Sándwich le pidió a un mayordomo algo parecido para matar el hambre mientras jugaba una partida de cartas. Lo cierto es que se convirtió en el rey de la restauración rápida y en el modo de vida para muchas bocaterías, como es el caso del Rin Ran (Churruca, 10).

La regenta Juan Davila Davila (47 años). Aunque recuerda la fecha de su inauguración (22 de agosto de 1990), nunca se imaginó que vendería una ristra de bocatas como desde Vigo a Madrid. Utiliza bollos de unos 30 centímetros. Despacha una media de 2.000 bocadillos a la semana. La cuenta no falla: 657 kilómetros de bocatas. Seguro que unidos establecerían un récord Guinness.

-¿En la época que abrió su negocio había algo que llevarse a la boca en esa calle?

-¿Con qué carta empezó a funcionar?

-¿Cuál es el rey de los bocatas?

-¿Qué pasa con los de jamón y chorizo?

-¿Ofrece mucha variedad?

-¿Alguno raro?

-¿De vegetales?

-¿Alguno en honor de Mortadelo?

-¿El más caro?

-¿Ha tenido problemas con el pepino?

-¿Alguno de pescado?

-¿Más calientes o en frío?

-¿Solo abre el local por las tardes?

-¿Cuántos bocatas suele vender?

-¿Tarda mucho en servir?

-¿Quiénes han venido por aquí?

-¿Recuerda qué le pidió el delantero argentino?

-¿Algún personaje conocido?

Juan Davila Davila (47 años).

Hostelero.

Historial

Lleva 21 años regentando la bocatería Rin Ran (Churruca, 10). Dice que el nombre se lo debe a un amigo que, al contar un chiste, solía terminar: rin-ran.

De todas las clases sociales, incluidos personajes conocidos.

-No había nada, ni siquiera para tomar un vino. Solo existía el Arco da Vella y el Diagonal. En la calle de atrás estaba el San Amaro y poco más.

-Muy similar a la de hoy en día, es decir hamburguesas, bocatas de pollo, calamares, lomo, beicon...

-Hay demanda para todos, pero el que mejor se vende es el de calamares. Incluso recuerdo a un representante de Salamanca que cuando venía a Vigo se llevaba varios para su hijos envueltos en papel albal. Me decía que los volvía a calentar y que le sabían a gloria.

-No son los más solicitados en las bocaterías, porque la gente ya suele comer esos fiambres en casa.

-La carta está compuesta por setenta bocadillos distintos.

-Quizá cuando te piden uno de beicon con huevo frito, porque es el típico desayuno americano, pero servido en un bocata.

-También hay variedad, desde pimientos de piquillo, pasando por espárragos, zanahorias o lechugas.

-De mortadela no tengo, pero tampoco me lo han llegado a pedir. Se suelen fijar en la carta.

-Es el de hamburguesa doble, porque lleva de casi todo y cuesta 4,40 euros. El más económico es un perrito, por 2 euros.

-No, porque utilizamos el pepinillo. Pero sí lo tuve cuando fue lo de la gripe aviar, debido a que algunos se mostraban reticentes con los bocatas de pollo. Lo mismo me sucedió en la época de las «vacas locas», dado que los pepitos de ternera no se despachaban.

-Sí, de atún. Tuvimos de sardinas y de agujas, pero se vendían muy poco y acabé por retirarlos.

-La mayoría de los bocadillos se sirven calientes.

-Había probado por las mañanas, pero terminé por abrir solo de tarde, hasta las primeras horas de la madrugada.

-Un día bueno (viernes o sábado) consumen sobre 250. Pero hubo años que vendía el doble, cuando había obras por aquí y existía el cine Fraga y funcionaba la discoteca Nova Olimpia. Pero, desde la crisis, muchos piden únicamente medio bocata.

-Pueden estar en un par de minutos. Algunos se asombran de la prontitud, aunque esté el local lleno de gente. En los fines de semana, además de mi mujer, que está todos los días, también los hace otra persona.

-De todas las clases sociales. Pero el que más me llamó la atención fue futbolista argentino Gabriel Batistuta. Fue después de disputar un trofeo Ciudad de Vigo, cuando jugaba con la AS Roma. Entró por la puerta a las dos y media de la madrugada y, nada más enterarse la gente, se montó un gran revuelo, porque venían a pedirle autógrafos.

-Fue una hamburguesa.

-Muchos, desde los músicos del grupo Fito y Fitipaldis, hasta los actores gallegos que están hoy en el candelero, como Luís Tosar.