Viejas máquinas con futuro

David Suárez Alonso
DAVID SUÁREZ VIGO / LA VOZ

VIGO

La Universidad tiene uno de los pocos equipos de España que investiga sobre transformadores eléctricos y garantiza nuevos prototipos eficaces

19 jun 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

En el verano del 2007 un incendio en un subestación eléctrica de Barcelona, la del paseo de Maragall, provocó un apagón que dejó sin luz a más de 300.000 personas. Para esclarecer lo ocurrido en el fallo eléctrico de mayor envergadura de la historia de nuestro país se contactó con varios equipos de expertos, uno de ellos, de la Universidad de Vigo.

El grupo de investigación que dirige el profesor Xosé Manuel López Fernández hizo un estudio de las causas del incendio. «Nuestras conclusiones eran claras y acotamos el fenómeno en nuestro informe», asegura con rotundidad. Eso sí, cuando se le pregunta si situaciones como estas ya no podrán repetirse su respuesta no es tan firme. «Se está trabajando para ello pero el sistema cada vez es más complicado», asegura.

En el sector, como está ocurriendo en muchos otros, han entrado varias empresas asiáticas que están apostando por una política de mercado muy agresiva. Están dispuestos a fabricar a menor coste los transformadores eléctricos, cabecera del sistema que garantiza el suministro. «El mercado cada vez es más exigente», explica Xosé, que insiste en que hay que dar «precios competitivos y menos material activo» lo que lleva «a la máquina hacia la sobrecarga».

Por todo esto, la labor de grupos como el de Vigo es cada vez más importante. Ellos se encargan de garantizar la eficacia de los nuevos prototipos y dar respuesta a los problemas a los que se enfrentan cada día los fabricantes y empresas eléctricas.

Emplear nuevos materiales puede ser una de las claves del futuro de una máquina que tiene 150 años. El material supone el 75% de los cerca de dos millones de euros que cuesta fabricar un transformador de grandes dimensiones. Las líneas de trabajo actuales pasan por el uso de aislantes sintéticos en «puntos críticos» que todavía no se han localizado.

El profesor que lidera este equipo vigués puede hablar con conocimiento de causa de la situación internacional del sector. Acaba de convertirse en uno de los miembros de la asociación de más importancia en el campo de la ingeniería eléctrica a nivel global. Xosé Manuel López Fernández es desde hace unas semanas el único español y uno de los pocos investigadores con voto en el Institute of Electrical and Electronics Engineers-Power & Energy Society (IEEE).

Esta asociación reúne dos veces al año a los expertos del sector en cuatro días de intenso trabajo en una ciudad de Estados Unidos. La asamblea la componen entre 350 y 400 personas que están divididas en comisiones de trabajo en la que participan fabricantes, eléctricas, consultores e investigadores. El profesor vigués se ha incorporado al comité de transformadores para el que ya había realizado varios trabajos. «Si no has colaborado de forma activa con ellos nunca te van a llamar. Eso sí, como funciones bien, ellos mismos te proponen para que seas miembro», explica el vigués.

No son muchos los expertos universitarios que forman parte del lobby. Es complicado implicarse ya solo por «razones físicas» porque hay que tener disponibilidad para poder desplazarse con frecuencia a Estados Unidos. Aun así, el profesor vigués solo le ve ventajas. «Estás en contacto con el consultor, sabes lo que el mercado necesita y facilita colocar tus trabajos de investigación», dice.

Es una red con muchos años de tradición y gran prestigio, con una base de datos muy importante y estar avalado por la entidad multiplica la repercusión mediática de los estudios y permite «apuntar mejor el enfoque» del trabajo.

La vocación de traspasar fronteras le viene al grupo ya de lejos. Desde el año 2000 organizan un workshop que reúne a especialistas de todo el mundo. Han convocado cada tres años este tipo de reuniones, que les valen para estrechar lazos con el resto de ámbitos del sector. Y también han conseguido ganar renombre a nivel internacional. De hecho, actualmente el equipo está trabajando principalmente en proyectos a nivel europeo.

El material supone el 75% de los cerca de dos millones que cuesta un gran transformador