Absuelto un ex vigilante de circular temerariamente con el furgón de la cofradía de Baiona

E.V.P. VIGO / LA VOZ

VIGO

26 may 2011 . Actualizado a las 12:16 h.

El juzgado de lo Penal número 2 de Vigo absolvió al jefe de los vigilantes de la cofradía de pescadores de Baiona, Xosé Lourenzo, de un delito de conducción temeraria. La jueza considera que no es culpable porque la única persona que lo reconoció al volante es una policía que iba de copiloto en el coche patrulla y que se cruzó con la furgoneta de la cofradía a gran velocidad por el carril contrario.

La visión del conductor fue tan fugaz y desde una posición tan alejada que a la jueza le entran «dudas razonables» de que el infractor y Xosé Lourenzo fuesen la misma persona. Además, la magistrada tiene en cuenta que a la misma hora del incidente, Lourenzo telefoneó a la Policía Local para avisar de que perseguía a un furtivo en otra zona. Por todo ello, le absuelve.

El fiscal pedía 21 meses de cárcel por un supuesto delito de conducción para Lourenzo, quien ejercía como jefe de los vigilantes contratados por la cofradía para luchar contra el furtivismo. El Ministerio Público reclamaba que el acusado perdiese su carné de conducir durante cinco años.

El juicio se celebró el 5 de abril. Dos agentes de la Policía Local de Nigrán relataron que el conductor de una furgoneta con el logotipo de la cofradía circulaba a gran velocidad por A Ramallosa y hacía adelantamientos por la raya continua y cerca de un cruce.

El coche patrulla tuvo que esquivarlo para no chocar de frente y luego, el furgón casi atropella a dos peatones en un paso de cebra en la avenida de Praia América. Se incorporó un segundo coche patrulla a la persecución pero el temerario se dio a la fuga. Los agentes describieron al conductor por su barba larga y preguntaron al patrón mayor de la cofradía, Fernando Leyenda, a quién le tocaba el turno de tarde. Resultó ser el jefe de vigilancia, Xosé Lourenzo, pero no lograron contactar con él porque tenía apagado el móvil.

Barba corta

En el juicio, el acusado negó que condujese dicho vehículo y alegó que la principal prueba contra él, que el conductor tenía larga barba como la suya, era falsa. El dueño de una tienda de fotografía mostró el retrato de Lourenzo y su familia en la que lucía una barba corta. Según una factura, la foto fue obtenida tres días antes del incidente.

Lourenzo también alegó que, a la misma hora de la persecución, habló desde su móvil con la Policía Local de Nigrán para denunciar que había visto a unos furtivos en la playa de A Marola pero los patrulleros le remitieron a la Guardia Civil porque estaban ocupados persiguiendo a un infractor.