Caballero se tambalea a menos de tres meses de la cita electoral

Diego Pérez Fernández
Diego pérez VIGO / LA VOZ

VIGO

27 feb 2011 . Actualizado a las 15:11 h.

Atrás queda la música de las inauguraciones del Plan E y la campaña localista contra la fusión de las cajas. Abel Caballero ha ido perdiendo fuelle en el último año. A menos de tres meses de las elecciones, corre serio peligro de perder la Alcaldía de Vigo. No era lo que preveía. En público iba sobrado, pero no. Lo cierto es que la lucha está muy reñida. El barómetro de Sondaxe sitúa al PP bailando entre los 13 concejales que ya ostenta y los 14 que le darían la mayoría absoluta.

Corina Porro acaricia la victoria. Es más valorada que Caballero y sube cinco puntos en la estimación de voto desde el sondeo de diciembre, hasta situarse en el 44,1%. Manteniendo un perfil político de baja intensidad, la presidenta del Puerto cabalga a lomos de una crisis que sitúa al regidor socialista al borde del precipicio. La recesión económica explica en buena medida que el bipartito vigués se tambalee. La ciudad sufre unas cifras de paro históricas: más de 30.000 personas hacen cola en el Inem tras una ruidosa oleada de ERE en la automoción y el naval y otra oleada más sorda de cierres en el comercio. Todo pese a los 90 millones de euros invertidos en el arreglo de aceras, que sigue siendo la gran baza de Caballero para mantener el bastón de mando. El desempleo y la crisis son los principales problemas para el 71,7% de los vigueses.

El efecto que tendrá el Gobierno gallego en las municipales es una incógnita. Feijoo precisa una victoria en Vigo para vender unos buenos resultados en el conjunto de Galicia y todo hace prever que se fajará junto a Porro. El PSOE mantiene una estrategia de confrontación con la Xunta de dudosos resultados. Los vuelos de Peinador, el área metropolitana, la urbanización de Navia y la privatización del nuevo hospital son algunos de los «agravios» que el alcalde ha aireado con los medios a su alcance, aparentemente sin mucho eco.

El BNG mantiene el tipo. Pese a la polarización del debate entre socialistas y populares, Santiago Domínguez conservaría los cinco concejales y su papel de socio imprescindible. Los nacionalistas redoblan esfuerzos para vender su gestión en la recuperación del Casco Vello y en áreas amables como el turismo, la cultura o el deporte. Entretanto, tragan quina para ocultar al electorado fuertes desavenencias como la ubicación de un albergue.

La batalla de Vigo está muy viva y la campaña se antoja decisiva. Caballero, que en abril abrirá el auditorio, espera que lo perciban como un alcalde que ha hecho cosas. El PP le irá a la yugular aireando sus «mentiras» y tratará de rentabilizar un macropaseo portuario.

Porro cabalga a lomos de una crisis que deja el récord de 30.000 parados en la urbe