Diseñando las aulas del futuro

David Suárez Alonso
DAVID SUÁREZ VIGO / LA VOZ

VIGO

La Universidad de Vigo es el único socio español en un proyecto educativo europeo

21 feb 2011 . Actualizado a las 12:27 h.

La educación y las nuevas tecnologías están condenados a entenderse. Los nuevos soportes ofrecen infinitas posibilidades para conseguir acercar los contenidos de las materias a unos alumnos a los que el concepto de nativo digital ya les suena a antiguo. La mayoría de países europeos ya han movido ficha y se han invertido millones de euros en dotar de nuevas tecnologías los centros de enseñanza. Aún así, muchos expertos tienen la sensación de que no se les saca todo el rendimiento posible.

Con esta idea de base y con una diferencia todavía muy importante entre los conocimientos de alumnos y profesores, la European Schoolnet ha iniciado un proyecto con el que se quieren estudiar los problemas actuales y plantear diseños más eficaces para las aulas del futuro.

El único socio español de esta iniciativa es un grupo de investigación de la Universidad de Vigo que participará en la parte de desarrollo tecnológico.

El proyecto iTEC, con un presupuesto de 12,5 millones de euros, trata de aunar esfuerzos de expertos en pedagogía y en nuevas tecnologías para conseguir herramientas más útiles en las aulas. Se trata de un proyecto a gran escala que permitirá evaluar los resultados de sus propuestas en mil aulas de doce países europeos. «En principio no va a haber pruebas en España a no ser que el Ministerio de Educación o alguna comunidad autónoma se interese por el proyecto y quiera hacerse socio», explica el profesor Luis Anido Rifón, que lidera el equipo que trabaja desde Vigo en este proyecto.

Sin duda, el potencial de ese banco de testeo es una de las grandes bazas del proyecto y una de las cualidades que diferenciará a su grupo en un futuro.

Formación

El proyecto está dirigido a la enseñanza primaria y secundaria aunque, además de los alumnos, los profesores también tendrán mucho que aprender. El proyecto se ha dividido en tres fases que cuentan con un reparto igualitario de los fondos: diseño pedagógico, soporte tecnológico y su experimentación en iniciativas piloto en doce países. En esta última parte se incluye un aspecto que muchos consideran clave: formación específica para los profesores que deberán trabajar con las nuevas herramientas. Tendrán que saber manejarse con las pizarras digitales, los netbooks, los smartphones o los contenidos digitales y acceder a los recursos que hay a su alcance para las materias que imparten. De que esa labor sea lo más sencilla posible se encargarán los investigadores de Vigo.

Su trabajo consistirá en «modelar» los escenarios que vayan desarrollando los equipos de pedagogos, que encabezan varias universidades de Reino Unido, uno de los países que más han invertido en nuevas tecnologías. Los investigadores de la Escuela de Telecomunicaciones de Vigo tendrán que lograr que las propuestas se adapten a las necesidades de cada escuela y que ese proceso sea lo más automático posible. Es todo un reto porque cada sistema educativo es un mundo y no todos cuentan con los mismo medios. Además tendrán que barajar como el idioma, el escenario cultural, el modelo de enseñanza e incluso los requisitos legales que deben cumplir los contenidos.

Problemas

¿Por qué no se le está sacando todo el partido a los medios con los que cuentan actualmente las escuelas? Esa es una de las preguntas que están tratando de resolver en la primera fase del proyecto. Influyen muchos factores pero Luis Anido tiene claro que no se puede pretender combinar todos los soportes tecnológicos. «Su uso debe ser lo más directo posible y localizar las tecnologías que son útiles para cada contexto», explica el profesor. El grupo de Ingeniería de Sistemas Telemáticos lleva desde 1995 trabajando en el ámbito educativo y es uno de los referencia en Europa en personalización y web semántica. En estas casi dos décadas de trabajo han visto como muchos aparatos o aplicaciones que se vendían como grandes promesas se han quedado en nada y viceversa. Por eso, destacan la importancia de poder en este proyecto ponerlas a prueba en una muestra tan amplia.

Durante los cuatro años que dura el proyecto las cosas pueden cambiar mucho, sobre todo, en un sector en que algo se puede quedar anticuado en cuestión de meses. Aún así, con las tecnologías actuales ya se puedan barajar posibilidades casi al alcance de cualquiera como aplicaciones que permitan a los niños hacer en familia los deberes gracias a una televisión interactiva. ¿Presente o futuro?