Aqualia confirmó ayer tarde que el agua de Vigo había recuperado la normalidad una vez desaparecida la turbidez de los últimos días. Una vez más, la concesionaria atribuyó lo ocurrido a las importantes lluvias de la primera semana del año en Galicia, un dato que se complicó todavía más ya que «a zona de maior pluviometría localizouse no entorno do encoro de Eiras (municipio de Fornelos de Montes) que abastece a Vigo». De hecho, la presa alcanzó «niveles históricos», según explicó la empresa en un comunicado, hasta el punto de que tuvo que desembalsar a razón de 415 metros cúbicos por segundo.
Pese a al aspecto turbio del agua, Aqualia mantuvo durante esta crisis que en todo momento podía consumirse sin problema una vez realizados los correspondientes análisis por la Xunta y el Concello. No obstante, envió un mensaje de tranquilidad asegurando que en los próximos días seguirá realizando, «como é habitual, controis para verificar a óptima calidade da auga».
Este importante problema en el suministro tuvo también su vertiente política. El alcalde vigués informó de lo ocurrido una vez que el PP destapó los problemas de turbidez en amplias zonas de la ciudad. Posteriormente, Xunta y Concello polemizaron sobre la responsabilidad de cada institución en el supuesto de tener que tomar decisiones.
Nuevo gestor
De otra parte, el alcalde vigués se reunió ayer con Juan Carlos Martín Fragueiro, director general de la Sociedad Estatal de Aguas de la Cuenca Norte, producto de la fusión de Acuanorte y la Confederación de Aguas del Duero. Desde su nuevo cargo, el hasta ahora Secretario General de Pesca deberá gestionar el proceso de licitación, adjudicación y construcción de la nueva depuradora de aguas residuales de Vigo.
Fragueiro confirmó a Caballero que el proceso siguen con normalidad y que el plazo de presentación de ofertas finalizará el 28 de marzo. La previsión es adjudicar el proyecto de 229 millones de euros en el mes de julio.