Habrá final galáctica en As Travesas

Juan Villar VIGO/LA VOZ.

VIGO

El Barcelona y el Ciudad Real ganaron ayer sus respectivas semifinales y hoy se disputan la Copa Asobal

19 dic 2010 . Actualizado a las 03:47 h.

El Barcelona y el Ciudad Real cumplieron los pronósticos en sus duelos de semifinales y disputan esta noche en el pabellón de As Travesas la final de la Copa Asobal con un duelo entre dos de los tres o cuatro mejores equipos del mundo. Una final digna de la galaxia del balonmano.

El que más tuvo que sufrir para ganarse el pase fue el Barcelona, que en la primera semifinal tuvo que poner en la pista sus mejores armas para doblegar a un luchador Ademar León, que en el primer tiempo puso en jaque a los catalanes. Pero en la segunda parte Saric estuvo magistral en la portería azulgrana, mientras que Rutenka asumió los galones en el lanzamiento.

El partido empezó controlado por el Barcelona, que consiguió una renta de tres goles (3-6) antes de los diez minutos de juego, con tres penaltis transformados por Juanín.

Pero en cuanto entró Venio Losert en acción, deteniendo una buena parte de los disparos barcelonistas, el Ademar puso en problemas a un rival que empezó a atascarse en ataque. El meta leonés tuvo un gran 45 por ciento de efectividad en la primera parte.

El equipo de Ribera supo además encontrar los resquicios necesarios en la defensa azulgrana mediante un ataque variado y con mucho ritmo con ocho jugadores de diferentes posiciones marcando antes del descanso.

Ademar se puso por primera vez por delante con un 11-10 pasados los veinte minutos de juego y en la recta final antes del ecuador machacó al Barcelona.

Pero el decorado cambió radicalmente tras el descanso, el Barcelona salió enchufado y de la mano de Rutenka, con un gran Saric en la portería, le dio la vuelta al choque gracias a un parcial de 9-3 en quince minutos.

El Barcelona se fue con rentas de dos y tres goles y tuvo de ahí al final el partido bastante controlado, aunque el rival quiso reaccionar haciendo una defensa más presionante en nueve metros, lo que provocó algunas pérdidas catalanas, pero si Rutenka estaba más controlado aparecía Igropulo y entre ambos sumaron doce dianas, de las 17 del Barça, en este segundo tiempo.