Los que conocen la vida y milagros del autor germano-inglés aseguran que Georg Friedrich nunca percibió un chelín por interpretar la que a día de hoy es su obra más conocida, El Mesías. «Será siempre para los enfermos y para los presos, pues he sido un enfermo y con ella me he curado; y fui un preso y ella me liberó», parece que argumentó el músico.
El oratorio de Händel fue la pieza elegida para cerrar en Vigo la programación del Xacobeo Classics. Llegó la cita en el pórtico de la Navidad, tiempo bien apropiado teniendo en cuenta que la historia (musical) arranca con el nacimiento de Jesús.
Para los melómanos vigueses (hay muchos) fue ayer uno de esos días de marcar en el calendario, ya que no todos los meses (ni siquiera todos los trienios) tienen oportunidad de escuchar en directo sin salir de la ciudad a la Gabrieli Consort & Players, considerada una de las agrupaciones vocales más prestigiosas de Europa, bajo la batuta de Paul McCreesh.
La soprano Susan Gritton y el tenor Jeremy Ovenden completaban el elenco. Así, es fácil de entender lo a gusto que parecía encontrarse Roberto Varela. Por partida doble, ya que el conselleiro es un melómano confeso. Otros melómanos confesos, aprovechando la inminente visita de los Magos, aprovecharon para pedirles una programación de música clásica como el Mesías (es decir, Dios) manda para el futuro Auditorio. A ver.
Ciento y muchas personas acudieron a la llamada de la Fundación Míchel Salgado, y compartieron ayer mesa y mantel en el restaurante de Alcabre a beneficio de Down Vigo. El dinero recaudado (50 euros por cubierto) se destinara a crear un espacio de estimulación multisensorial y relajación, especialmente destinado a bebés y niños con síndrome de Down y discapacidad intelectual.
Algunos solidarios que, por diversas razones, no pudieron degustar en directo los chipirones con vinagreta y la suprema de merluza con verduritas que incluía el menú, se sumaron a la Mesa Cero, esto es, realizaron su aportación económica en la cuenta abierta en el BBVA: 0182 6829 43 020 153 6725.
Se cuentan con los dedos de las manos (y sobran dedos), los restaurantes gallegos que pueden presumir de Q, así es que se entiende la alegría que exhibe Alfredo Álvarez. «Es un proceso largo, empezamos el examen en mayo», dice. Una vez superada la prueba, todo lo da por bien empleado.
Será el próximo día 20, en un acto que se celebrará en Santiago, cuando reciba la correspondiente acreditación de manos del conselleiro Roberto Varela. Felicidades.
Fue el primer nadador del Náutico vigués que participó en una Olimpiada (Londres 1948). Fallecido a los 85 años el pasado mes de agosto, el club ha querido rendirle su particular homenaje poniendo su nombre al trofeo de navidad de natación, que este año ha cumplido la edición número 24, y que es una de las citas de la especialidad más importantes de la temporada en Galicia.
Fueron los familiares del propio Alejandro Febrero los encargados de entregar los trofeos a los ganadores.