El retraso de las obras de López Mora obliga a pedir una prórroga de 6 meses al Gobierno

María Jesús Fuente Decimavilla
María Jesús Fuente VIGO/LA VOZ.

VIGO

El Casco Vello se reúne hoy para tratar sobre el estado de algunas calles y los perjuicios que ocasiona

01 dic 2010 . Actualizado a las 13:29 h.

Las obras de López Mora no concluirán a mediados de este mes como estaba previsto. El retraso que acumulan ha obligado al Concello a solicitar al Ministerio de Política Territorial una prórroga de seis meses, curiosamente el mismo tiempo que el estipulado para la ejecución del proyecto.

El segundo Plan E, igual que el del pasado año, fijaba como fecha límite para la realización de las obras y la adquisición de los servicios y suministros el 31 de diciembre del 2010.

El gobierno municipal alega a la hora de pedir la prórroga que durante los trabajos de excavación apareció un elevado volumen de roca y tendidos de vías del antiguo tranvía. Además, añade que en la fase de pavimentación se registraron condiciones climatológicas adversas. La solicitud de moratoria afecta a dos tramos de López Mora. El primero, discurre entre Pi y Margall y José Frau Ruiz, y el segundo se prolonga desde esta última hasta la altura de Camelias. En ambos casos incluye la instalación de la red de separación de aguas pluviales, renovación del abastecimiento, saneamiento y mejora de la iluminación.

Si días atrás eran los residentes de Pi y Margall los que protestaban por la forma en que se están llevando a cabo las obras, ayer lo hacían los del Casco Vello, que hoy se reunirán a las 11.00 horas en el mercado de O Berbés para abordar el tema. Denuncian que resulta casi imposible acceder a las viviendas y negocios, lo que supone dar la puntilla a sus locales en una situación de por sí complicada. Ponen como ejemplo de despropósito la calle Real, donde hace unos días una vecina se cayó en una zanja y otras tuvieron que salir de casa subidas a la cuchara de la pala excavadora. Explican que se han abierto todas las calles al mismo tiempo, sin ninguna consideración, y que se actúa sobre la marcha tal como pueden observar día a día. Y no solo eso, sino que, según los residentes y empresarios, solo trabajan tres o cuatro obreros, de ahí la lentitud con la que discurren los trabajos. Reclaman más celeridad y, por tanto, más empleados, para que los trabajos estén finalizados antes de las Navidades y exigen una solución provisional para el puente de la Constitución, en el que sospechan, las obras quedarán paralizadas durante casi toda la semana.

Los afectados se preguntan qué fue de aquellas reuniones prometidas que iban a tener lugar cada 15 días para recibir explicaciones sobre la marcha de los proyectos. Por no celebrarse, ni siquiera tuvo lugar un primer encuentro. Otro colectivo que ha expresado su malestar es el de los repartidores.