Pocas veces se repetirá semejante estampa. Sucedió ayer en la tercera edición de la Popular de Óscar Pereiro en Mos. Tres atletas esprintando en una prueba acaban cogiéndose de la mano a falta de un metro para cruzar la línea de meta al unísono. Pedro Nimo, que marcó el ritmo de la carrera en su regreso al asfalto un año después, aflojó la zancada para agradecer a Rubén Castro y a Robertas Geralavicius las atenciones que tuvieron con él durante su largo calvario. En la prueba femenina Soledad Castro demostró que vive instalada en la juventud eterna y rompió en su municipio con la hegemonía de María Jesús Gestido en las dos ediciones anteriores.
Nimo, que tuvo un problema en una costilla cuatro días antes de la carrera, confirmó que está de vuelta. A los tres kilómetros, en el primer paso por meta, ya marchaba en solitario y a falta de un kilómetro todavía había aumentado la distancia con respecto al grupo en el que viajaban Geralavicius, Rubén Castro y el mítico Alejandro Gómez. Llegado ese momento, el compostelano echó el freno y espero al lituano y al lucense. A falta de 100 metros, todo indicaba que habría esprint por el triunfo, fue Pedro cogió de la mano a Robertas y Rubén para firmar un triple triunfo inaudito. El mejor colofón para una cita de carácter benéfico y sin premios en metálico. «A mitad de carrera venía pensando que el aspecto competitiva tenía menos sentido que nunca. Durante todos estos meses me llamaban para interesarse por mí y darme ánimos y consideré que lo más justo era compartir la carrera y entrar juntos», comentó Nimo.
En la prueba femenina, Soledad Castro dominó con comodidad de principio a fin y aventajó en la línea de meta en un minuto y medio a la segunda.
En la tercera edición de la carrera de Óscar Pereiro (que fue undécimo) participaron 1.700 atletas y contó con numeroso público a lo largo de recorrido.