Fiel, leal, valerosa... y de palabra

Soledad Antón soledad.anton@lavoz.es

VIGO

16 oct 2010 . Actualizado a las 02:12 h.

Adelantaba una servidora allá por el mes de agosto que una ristra de poetas (al final treinta y tres) y pintores (treinta y seis) vinculados a Vigo, habían recibido, por intercesión de la Fundación Vigueses Distinguidos que preside Luis Espada, el encargo de convocar a las musas. El plan era que cada uno de ellos aportase su personal (e intransferible) granito de arena al Bicentenario de la ciudad, bien en forma poema, bien de pintura.

La única condición que se ponía es que, a las claras o de forma implícita, las obras hablaran de Vigo. Bueno, pues parece que las musas llegaron en tropel. Ayer, en el Centro Social Caixanova, pudieron comprobarlo los asistentes a la puesta de largo del acto poético Vigo é palabra, en el que los creadores tomaron la ídem para leer sus versos. Seguro que harán lo propio los que acudan el próximo día 19 a la inauguración de la muestra Vigo é cor.

Es posible que en la extensa nómina de participantes pueda echarse en falta a alguno de los que son (los seleccionadores no son infalibles), pero queda claro que son todos los que están, de la A a la Z: Álvarez Cáccamo, Carlos Oroza, González Tosar, Carmen Kruckenberg, María Xosé Queizán, Alonso Montero, García Bodaño, Méndez Ferrín, An Alfaya, Modesto Hermida, Pexegueiro, Antón Patiño, José María Barreiro, Antón Pulido, Antón Lamazares, Menchu Lamas, Ánxel Huete, Puri del Palacio, Álex Vázquez, Lois Corvera, Din Matamoro, Antón Goyanes...

Un muy generosa parte del mundo de la cultura vigués (y de la política) se dio cita ayer en el Centro Social Caixanova para disfrutar del evento. No querían perderse lo más parecido a una puesta de largo doblemente centenaria.

Como bien decía la Griffith en Nacida ayer, «cuando llueve, diluvia». Y es que ayer fue uno de esos días en los que a una le gustaría tener el don de la ubicuidad. A la misma hora que los poetas recitaban en vivo y en directo sus versos con sabor vigués, dos plantas más abajo el escultor Ramón Conde inauguraba muestra (¡por fin!) diez años y pico después.

Ni que decir tiene que hubo un trasiego constante del coro (auditorio) al caño (sala de arte) de muchas personas que, igual que una servidora, invocaban (sin éxito) el don de la ubicuidad.

Según lo previsto, fue Manoel Soto el encargado de dar el pistoletazo de salida a la muestra. Habló el ex alcalde de cómo se inició su relación y de la encrucijada artística en la que se encuentra Ramón, lo que implica creatividad a esgalla. Pero, sobre todo, habló de Los Rederos, su primitivo nexo de unión en el que supo reflejar la quintaesencia de la ciudad de Vigo: capacidad de fuerza, de arrastre, de sobreponerse a cualquier contrariedad... Esta vez el autor no exhibe músculo, sino cabeza, es decir, la parte del cuerpo que mejor refleja los sentimentos.

Será la primera de las jornadas (11 horas, Centro Cultural) en las que, como terapia de grupo, Outro Vigo é posible quiere que nos preguntemos de dónde venimos y hacia dónde vamos. Si fuéramos capaces de descubrir lo segundo podría considerarse superada la prueba.