Tiene 32 años, pero la madurez le sienta de maravilla. De Lucas ha crecido en los últimos años para exprimir al máximo sus días de fútbol. Campos, que fue su penúltimo entrenador, lo ve mejor que nunca: «Con la madurez va a alcanzar sus mayores cotas de rendimiento en el mundo del fútbol», se atreve a decir el actual técnico del Jaén de Segunda B.
Todos los entrenadores consultados le auguran una larga vida balompédica, por su dedicación al fútbol y porque se cuida. No podía entenderse de otra manera para un especialista en dietética y nutrición, aunque sus estudios al margen del fútbol lo hayan convertido en especialista en radiología, una faceta casi nada conocido del que muchos han tildado como el Brad Pitt del fútbol español.
Sin embargo De Lucas dista mucho de comportarse como una estrella, sino todo lo contrario. «Es una persona sensacional, siempre de buen humor, agradable y cercano», indica también Campos.
Casi todos los encuestados se preguntan porqué De Lucas no tuvo mayor recorrido en Primera División «pero el fútbol está en manos de secretarios técnicos que deciden el futuro de los demás», explica Flores, mientras recuerda que él fue uno de los que recomendó su fichaje por el Chelsea.
Porque el catalán recién llegado al Celta ha sido uno de los primeros futbolistas españoles en traspasar fronteras, y lo había hecho por partida doble a Francia e Inglaterra. Todo después de comenzar a jugar al fútbol en el colegio Joan Maragall de Espluges, de estar vinculado al Barça entre los 10 y los 14 años y de pasar después casi media vida en el vecino de la ciudad acaparando internacionalidades en categorías base y levantando una Copa del Rey.