Vigo, a través del cristal de sus pintores y poetas

Soledad Antón soledad.anton@lavoz.es

VIGO

21 ago 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Un número indeterminado de pintores y poetas (el proyecto se lleva con suma discreción) han invocado a las musas a petición del Concello y por intercesión de la Fundación Vigueses Distinguidos. Algunas se han presentado al momento (musas, digo) para alegría de los invocadores.

La directiva de la entidad que preside Luis Espada llegó a la conclusión de que la celebración del Bicentenario de la ciudad (que el alcalde decidió posponer hasta octubre porque marzo le pilló con el pie cambiado), quedaría coja sin una vertiente artística. Abel Caballero recogió el guante y dio luz verde a la iniciativa.

En síntesis, la idea es que los pintores de la ciudad plasmen sobre el lienzo su particular visión de Vigo, y que los poetas hagan lo mismo sobre el papel. El resultado de ese trabajo se traducirá, en el primer caso en una exposición, cuyo catálogo quieren que sea lo más parecido a una pequeña joya, y en el segundo en un libro.

La discreción a la que hacía referencia unas líneas más arriba hace imposible, de momento, conocer la nómina de los llamados a participar. Si se cumplen las previsiones iniciales, serán alrededor de medio centenar, veinticinco y veinticinco. Lo complicado habrá sido hacer la lista, porque Vigo de otra cosa no, pero de talento puede presumir tanto en calidad como en cantidad. Por eso, nadie duda de que lo difícil no va a ser que sean todos los que estén, sino que estén todos los que son. Tremendo embolado para el seleccionador.

Con la ayuda de varios compañeros de la Redacción hemos confeccionado nuestra particular quiniela de presuntos imprescindibles: Antón Patiño, Menchu Lamas, Carmen Kruckenberg, María Xosé Queizán, Darío Basso, Luz Pozo, Antón Pulido, Din Matamoro, José María Barreiro, Manuel Forcadela, Román Raña, Modesto Hermida, Vilanova, Antonio Quesada, Carlos Oroza, Xosé María Álvarez Cáccamo, Igor Elessp, Puri del Palacio, María Viñas, Antón Goyanes...

Para muchos de ellos no es nuevo lo de pintar Vigo o escribir sobre Vigo pero, en principio, la consigna es que no vale echar mano de obra ya publicada o expuesta, sino que habrá de ser inédita. El resultado del trabajo no se conocerá hasta octubre (tal vez noviembre), un poco antes se hará pública la nómina de participantes (a ver que futuro tenemos como quinielistas) y el escenario elegido para la muestra. En este caso el que cuenta con más papeletas es el Centro Cultural Caixanova.

Gracias a aquella máxima acerca de lo importante que es estar en el lugar adecuado en el momento preciso, puedo adelantar los primeros versos de uno de esos poemas cuyo eje central será Vigo: «Dende ben pequeno xa eu sabía / dun moi viaxeiro que chega a Vigo / porque con frecuencia, atento / llo escoitaba a un bébedo do Búbal / cada vez que se quería aforcar nun fento».

No falla, cada tercer sábado de agosto, haga un sol de justicia o diluvie, los Troncoso celebran su xuntanza anual en Goián. La de hoy será la número 15. Lo que empezó como un simple intento de María José Troncoso Vicente de conocer hasta dónde habían podido llegar las ramas del árbol geneálogico familiar, ha terminado por convertirse en una cita ineludible del verano.

Por si algún Troncoso despistado no sabe cómo sumarse a la fiesta, basta con que se presente a media mañana en la iglesia parroquial de Goián con la correspondiente cesta de picnic. Y es que en cuento acaba la misa por los Troncoso fallecidos, se monta el sarao en las inmediaciones del pabellón. Y si hoy les viene mal, pueden participar en la reunión de Troncoso andaluza, que será en octubre.