«Los que peregrinan a caballo hasta Santiago también ganan el jubileo»

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De los 34 equinos del picadero, doce son de su propiedad y los alquila para hacer rutas por el Galiñeiro, los demás están a pupilaje e incluso le cuidó uno a Méndez Ferrín

07 jun 2010 . Actualizado a las 12:14 h.

Xulio Vázquez De existir la reencarnación, sería un centauro de la mitología griega. Es casi imposible que pase un día sin haber tenido un equino entre sus piernas. Su espíritu de jinete se forjó desde la infancia viendo las clásicas películas del lejano oeste. Convirtió a La Ponderosa de sus sueños en el Centro Ecuestre Sierra Galiñeiro. Conrado Pérez Martínez (51 años) lleva más de media vida como profesional de la equitación. En todo ese tiempo no ha dejado de emular a Robert Redford en El hombre que susurraba a los caballos .

-Dicen que nadie olvida a su primera novia, ¿usted recuerda a su primera yegua?

-(Risas). Mi afición a los caballos empezó de pequeño con aquellas series como Bonanza , Daniel Boone o El Virginiano . Y leyendo en la adolescencia las novelas de Estefanía. Pero cuando monté por primera vez fue a los veinte años. Conocí por casualidad a un hombre que tenía muchos caballos salvajes. Aunque soy de Vigo, me entusiasmaba ir al monte. Iba los fines de semana a visitarlo y me dejaba subir a algún caballo que tuviese por allí. Hasta que descubrí que había clubes en los que se podía practicar la equitación sin formar parte de la élite social. Terminé por montar este negocio. -¿Cómo lo consiguió? -Comencé comprando un trozo de tierra de las desmontadas de esta falda del Galiñeiro. Hice un par de cuadras para poder tener dos caballos. Eran unos 500 metros cuadros, pero ya le añadí 9.000 más. Ahora puedo alojar a unos 34 animales. -¿De pura raza? -Son cruzados, hay trotones, purasangre español y árabes. Los utilizamos para el paseo y la actividad deportiva. -¿Son todos suyos? -No, la mayoría (22) están a pupilaje. Son de propietarios privados, pero se los cuidamos aquí durante todo el año. Ellos también participan de nuestras actividades. En el verano nos suelen traer cuatro más unos madrileños que vienen de vacaciones. Otros nos los traen para que se los domemos. Pero solo alquilamos los doce que son nuestros. -¿El precio por hospedaje? -Cobramos 250 euros al mes por manutención y cuidados. -¿Algún huésped conocido? -Antón Bouzas tiene aquí el caballo que utiliza en la Fiesta de la Reconquista (hace de capitán Chalot). También tuvimos uno de Méndez Ferrín, el presidente de la Real Academia Galega. Ambos son buenos jinetes. -¿Qué ofertan? -Realizamos clases de equitación para niños y de iniciación para adultos. Además de los típicos paseos a caballo, junto con otras actividades más largas, que pueden ser de media o jornada entera, incluso hacemos el Camino de Santiago. -¿Se puede ganar el jubileo sin bajarse de la montura? -Así es. A partir de un recorrido de 100 kilómetros ya le entregan al peregrino ecuestre el pergamino acreditativo de la compostela.

-¿Cuándo hicieron el último peregrinaje?

-Fue en Semana Santa. Llevamos doce caballos y lo realizamos en tres días. Salimos desde Vincios, siguiendo la Ruta Xacobea portuguesa del interior: Tomiño, Vigo, Redondela y por el camino tradicional. -¿Había algún extranjero? -No, todos los jinetes eran de Vigo y su entorno. Sin límite de edad, desde niños a personas mayores. -¿Cuánto les cobró por hacer la ruta? -Por el alquiler de cada caballo fueron 120 euros. Los otros gastos personales eran aparte. -¿Estamos en una buena época para montar? -Sí, la primavera y el verano son las mejores, por las buenas temperaturas y el período vacacional. -¿A cuántos niños les están impartiendo clases? -En este momento hay 45. Aumentamos el nivel de equitación según van progresando en sus conocimientos. Las clases son individuales y se inician a la cuerda en un cuadrilongo, que es un picadero cerrado. Luego ya pasan a los recorridos por el campo. -¿Sienten algún temor? -No, suelen venir con mucha decisión y muestran una actitud muy positiva. Aprenden rápido. -¿No se subirán a los más grandes? -Tenemos unos ponis, pero no se trata de los más pequeños de raza Falabella. -¿Cuáles son las rutas para los que gustan de pasear cabalgando? -Solemos ir por senderos y pistas de tierra de la sierra Galiñeiro. Algunas veces vamos hacia el monte Alba o el Aloia. Lo normal es una hora, pero también se puede extender dos más o hasta seis, pero ya paramos para comer en el campo. Estas últimas se suelen hacer en grupo.