Una testigo del Holocausto visita a su familia en Vigo

Soledad Antón soledad.anton@lavoz.es

VIGO

19 may 2010 . Actualizado a las 16:23 h.

Es un tema que trata con cierta periodicidad la Asociación Galega de Amizade con Israel que preside Pedro Gómez Valadés. Por eso en cuanto supo que Micheline Wolanowski estaba pasando unos días en Vigo, enseguida se puso en contacto con ella para proponerle que ofreciera una charla coloquio en la que relatara su experiencia. Micheline accedió y el acto se celebró ayer en la galería Sargadelos.

Cuantas más veces se escuchan las terribles historias que relatan las personas que vivieron el Holocausto, bien en carne propia, bien en la que sus seres queridos, más terribles se antojan. Micheline, que nació en París hace 84 años, estuvo casada con Charles Papiernik, uno de los supervivientes del infierno de Auschwitz. Éste contó en alguna ocasión que su manera de preservar la imagen humana en medio de aquel horror fue tener siempre presente un dicho judío: «Allí donde no hay gente esfuérzate por ser tú un hombre».

Micheline y Charles se conocieron en 1945, recién rematada la guerra y tres años después contrajeron matrimonio en Uruguay, país en el que establecieron su residencia y nacieron sus hijas. A mediados de los 70 se trasladaron a Buenos Aires, donde sigue viviendo ella. Él falleció en 2007. La pareja, que ha ofrecido su testimonio en diferentes lugares del mundo, ha procurando siempre preservar la memoria del Holocausto.

Durante la contienda Micheline vivió escondida en Francia, siempre con documentación falsa. Cambiaba de lugar de residencia constantemente huyendo de la persecución nazi. Sus padres y su hermana no tuvieron tanta suerte. Fueron deportados a Auschwitz-Birkenau, donde fueron asesinados. En 1943 fue contactada por la resistencia, con la que colaboró hasta que remató la guerra.

Su visita a Vigo, donde prevé pasar unas semanas, obedece a razones familiares. Su hija Frances y su yerno Samuel residen en la ciudad desde hace algún tiempo por motivos de trabajo. Seguro que esta circunstancia propiciará en el futuro otras estancias puntuales de Micheline, que vive en Buenos Aires, así es que los que se hayan quedado con las ganas no sólo de escuchar su experiencia en directo, sino de hacerle preguntas y más preguntas, tal vez tengan la oportunidad de hacerlo en un futuro próximo.

Es el número de fotografías presentadas al concurso Visións do Casco Vello. Los organizadores no esperaban ni de lejos semejante participación, así es que, pese a que solo va por la segunda edición, ya dan por consolidado el certamen. Los trabajos, diseminados por una veintena de locales del barrio, convertido en una enorme sala de exposiciones, podrán contemplarse hasta el próximo 12 de junio, que será cuando se conozcan los ganadores.

El jurado, capitaneado por Jorge Lens, lo va a tener difícil. Dificilísimo, asegura una persona que ya ha visto todos los trabajos. «Los hay buenos, muy buenos y excelentes», dice. Gatos, gaviotas, edificios, monumentos, tejados, tiendas, vecinos y visitantes (la vida cotidiana en suma), aparecen retratados.

En la larga lista de establecimientos que colaboran con el proyecto figuran Dona Vaniri, café Reconquista, La Taza de oro, Café Bar XII, Jaqueyvi, A Pita tola, Retranca, A Pedra, Lume de carozo, O Faneco, Alta fidelidad, Fame nejra, La Buena vida, Picadillo, Creperie del mar, Lamari, Punto de mira, La Carbonara, Sokoke y La Comidilla. Muchos para poder recorrerlos todos en un solo día. Mejor reservar dos o tres tardes-noches para hacerlo. Cata transfronteriza. El parador de Tui fue el escenario elegido para la actividad, en la que los catadores, entre ellos el presidente de los sumilleres, David Barco; el campeón Óscar Cidanes y la subcampeona tudense Marina Cruces, probaron 48 blancos de la cinco denominaciones gallegas, además de las del Bierzo, Rueda y Douro.