El derbi catalán frena al Barcelona

P. Ríos

VIGO

18 abr 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

La Liga sigue viva. Una vez más, el Espanyol se convirtió en el peor rival para el Barcelona, que no pudo pasar del empate a cero. El Madrid tendrá la oportunidad de ponerse a un solo punto si logra vencer al Valencia.

El derbi catalán no destacó por un juego espectacular, ofensivo ni dinámico. Pero lo compensó por la emoción y el carácter aguerrido de los jugadores. El Barça se perdió y desdibujó en su estreno en el estadio de Cornellà- El Prat. Los de Pochettino supieron anular a Xavi y desconectar a Messi, que apenas toco tres balones en todo el choque. La falta de pegada en la primera parte evitó que los pericos hubieran arañado algún punto más. Los blanquiazules salieron sin complejos ante el todopoderoso Barça.

El Espanyol salió con la línea adelantada, corrieron como galgos para presionar y robar el balón. Era consciente de que los azulgrana solo son vulnerables sin la pelota. Y se la quitaron. Baena y Osvaldo dispusieron de ocasiones que no supieron aprovechar. Los azulgrana aguantaron el chaparrón confiados en que el huracán espanyolista se acabaría. Pero no fue así.

Guardiola volvió a los experimentos y el Barça desapareció en la telaraña táctica diseñada por Pochettino. Kameni fue un espectador más. Todo lo contrario que Valdés.

Tras el descanso no cambió nada. El Barça siguió naufragando, con un fútbol muy gris, lento, espeso y sin sus naturales triangulaciones. Pero el partido se le complicó con la expulsión de Alves por doble amarilla.

Sin embargo, la inferioridad numérica le sentó mal al Espanyol. Los locales, quizás víctimas del cansancio, se replegaron y dieron el balón al Barça en busca de una contra que nunca llegó. Pochettino no quiso arriesgar y todo terminó como había empezado.