Valença suspende las protestas pero mantiene las banderas

Efe

VIGO

No habrá más manifestaciones hasta que el Parlamento portugués tome una decisión.

12 abr 2010 . Actualizado a las 21:39 h.

Las protestas de las últimas semanas en Valença do Minho por el cierre de sus urgencias sanitarias se han suspendido, a la espera de una decisión del Parlamento portugués, aunque se mantienen las banderas españolas desplegadas por la ciudad.

Carlos Natal, portavoz del movimiento ciudadano para recuperar la asistencia que prestaba el Servicio de Atención Permanente (SAP) de Valença, explicó a Efe que las banderas españolas izadas «en agradecimiento a las autoridades españolas» continuarán hasta que se logre una solución definitiva. «Hemos parado las protestas en la calle y las manifestaciones hasta que la Asamblea de la República decida, pero continuamos con las banderas para agradecer a las autoridades españolas, en concreto a la Alcaldía de Tui, su apoyo y su ofrecimiento a recibirnos en sus servicios médicos», declaró Natal.

La semana pasada las principales formaciones de la oposición portuguesa, los conservadores del Partido Social Demócrata (81 diputados de un total de 230) y el CDS-PP (21 escaños) presentaron dos proyectos de resolución para la reapertura del servicio de urgencias en Valença, ciudad ubicada al borde del puente internacional sobre el río Miño que marca la frontera con Galicia.

Desde el pasado 28 de marzo -cuando el Gobierno portugués cerró el servicio de urgencias- hasta un millar de banderas españolas fueron colocadas en las calles de Valença para llamar la atención de las autoridades lusas y agradecer a Tui su disponibilidad a que los enfermos de Valença reciban allí asistencia sanitaria.

No obstante, la Dirección General de Salud de Portugal recordó que la tarjeta sanitaria europea utilizada por los pacientes portugueses en España no cubre los casos de viajes a otro país sólo para recibir atención médica, lo cual es un «uso fraudulento».

Para buscar soluciones a estos problemas la plataforma Unimiño, formada por cinco municipios del norte de Portugal y 16 de la provincia de Portugal, ha decidido encargar un estudio sobre un futuro acuerdo transfronterizo de sanidad que beneficiaría a unos 150.000 gallegos y portugueses que viven en la zona.

El presidente de Unimiño, Rui Solheiro, dijo a Efe que los representantes de los 21 ayuntamientos de la zona se reunieron la semana pasada para «encargar el estudio que permita la utilización indiferenciada de servicios sanitarios a los dos lados de la frontera» para los vecinos de estas localidades.

Solheiro, que es además el alcalde de Melgaço, una de las localidades lusas de la región, explicó que la propuesta de estos municipios se inscribiría en el denominado acuerdo de Zamora -firmado por España y Portugal en enero de 2009- para incrementar la cooperación en materia de salud. «Este acuerdo marco permitiría crear protocolos de cooperación cuando sea mejor acceder al otro lado de la frontera», detalló el regidor.

El dirigente de Unimiño lamentó que durante muchos años se percibía la «frontera como una barrera» y consideró que la «colaboración a los dos lados traería beneficios a todos». El primer paso de la plataforma Unimiño será el encargo del estudio, a universidades españolas y portuguesas, para delimitar posibles ámbitos de cooperación en áreas como las urgencias sanitarias, consultas o especialidades y, posteriormente, la elaboración de un protocolo para presentar al Gobierno español y portugués.

«No queremos sólo reivindicar, sino proponer», matizó Solheiro, que entre los ejemplos de posible cooperación destacó el uso del hospital Meixoeiro de Vigo por ciudadanos de localidades portuguesas cercanas.

Entre otras reacciones, estos planteamientos han sido criticados por el presidente del Colegio de Médicos luso, Pedro Nunes, porque podrían «poner en causa la independencia del país» y propiciar «la disminución de la inversión portuguesa en materia sanitaria». Nunes subrayó que «Portugal tiene que definir si quiere continuar siendo un país independiente que trata de sus propios asuntos y responde a las necesidades de su población o si, a medio o largo plazo, acepta ser una autonomía más de España».

A su vez el presidente de Unimiño considera esta actitud «ridícula» y no entiende «por qué la clase médica ve con miedo esta relación con España».