El emisario vuelve a llevar las aguas de la depuradora al interior de la ría

VIGO

06 feb 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

La fisura de la tubería del emisario submarino de la depuradora del Lagares recuperó ayer la normalidad según informó la concesionaria del servicio, Aqualia, al Concello vigués. De esta forma las aguas residuales una vez tratadas volverán a ser vertidas en el interior de la ría. En los ocho días que duró la avería la única solución posible consistió en aliviar la depuradora directamente al río Lagares.

Desde el Concello se ha insistido durante toda la semana en que esta solución no suponía problema alguno de carácter medioambiental debido al tratamiento previo de los residuos líquidos de la ciudad. No obstante, reconocían que tenían un color marrón que las diferenciaba del caudal del propio río. Por el contrario, los vecinos de la zona se han quejado una vez más de que la depuradora realiza una depuración insuficiente, por lo que su vertido en el Lagares junto a la junquera suponía un grave problema ambiental.

En un primer momento el Concello confiaba en que la fisura quedaría resuelta en poco más de venticuatro horas. Tras detectarse a mediados de la pasada semana, de inmediato comenzaron los trabajos y el viernes el gobierno vigués dio por solucionado el incidente.

Pese a ello, en la tarde de ese mismo día tenía que retractarse ya que el colector reparado no soportaba la presión una vez en activo. La concesionaria de la instalación y del servicio de agua de la ciudad, Aqualia, tuvo que ponerse una vez más manos a la obra y realizar un segundo sellado de la fisura, que al parecer ha terminado con éxito.

Tarea compleja

La proximidad de la junquera del Lagares, un lugar de especial relevancia medioambiental, complicó los trabajos realizados en el emisario. Lo más sencillo hubiera sido acceder a la tubería desde el humedal, pero los daños hubieran sido mayores. Por esta razón Aqualia tuvo que instalar una pasarela sobre tubos para que pasaran las máquinas y a la vez permitiera circular el caudal del Lagares.

Lo ocurrido estos días es una avería más de las muchas que ha sufrido la depuradora viguesa desde su inauguración en 1997. Los problemas fueron de tal nivel que unos años después se amplió mediante una fuerte inversión, pese a lo cual su funcionamiento siguió siendo deficiente.

Hace cuatro años se llegó a la conclusión de que la planta depuradora no tenía solución y que su falta de capacidad impediría eliminar la contaminación de la ría. Tras difíciles negociaciones las tres administraciones implicadas alumbraron un proyecto cuyo coste alcanza los 230 millones de euros.

Sin embargo, discrepancias de última hora entre el Concello y la Xunta por los ocho millones de euros que cuesta la acometida eléctrica mantienen paralizado el proceso. Debido a ello no existe plazo para que comiencen las obras y menos para su entrada en funcionamiento.