Miles de personas contemplan todos los días exposiciones de arte. Pero muy pocos toman ejemplo del melómano que cierra los ojos para escuchar una melodía. No es lo mismo ver un cuadro que mirar una pintura. Porque, en la mirada, lo observado y el observador se fusionan dando lugar al momento que justifica la tarea del creador de la obra. Ana Juncos Brisset (29 años) es diseñadora de interiores y licenciada en Arte. Le gusta visitar exposiciones y estos días estuvo en el teatro Ensalle (en el número 15 de la calle Chile) para contemplar las pinturas de la artista Teresa Irisarri. -¿Utiliza una mirada crítica? -Estudié Historia del Arte, pero luego hice diseño de interiores, porque me gusta más la parte práctica. Además me dedico a la decoración. No soy crítica de arte y me limito a disfrutar con la contemplación de las obras. -¿Sabemos mirar un cuadro? -Es muy subjetivo. Yo no estoy pensando en la perspectiva o la composición del mismo. Le doy más importancia a lo que me transmite. Prefiero que la obra me diga algo sin necesidad de análisis. -¿El espectador también forma parte del escenario? -Por supuesto. La relación con el cuadro es muy importante. A una persona le puede transmitir una idea y a otra una cosa totalmente distinta, sin que coincida con la autora. Eso es la magia del arte. Por ejemplo, en este cuadro de Teresa Irisarri yo puedo estar viendo en este momento una sirena o la noche estrellada y ella estar pensando en otra simbología. Cada espectador siempre va a ver algo diferente en un cuadro. Ahí también reside su encanto. -¿Por qué vino a ver las obras de Teresa Irisarri? -Porque soy una seguidora de esta artista y quería saber si había alguna novedad en sus pinturas. -¿Qué ha descubierto? -El de los músicos ya lo conocía, pero en los nuevos veo que ha puesto más colorido y hace referencias a la música, al jazz. El pianista me cautiva. También alude a personajes fantásticos, los dragones. Crea una cierta magia como en otros anteriores. Y técnicas nuevas empleando el rotulador. En muchos utilizó acrílico. -¿Hay que guardar la distancia para ver un cuadro? -(Risas). No pasa como con los coches, nos podemos acercar sin peligro. Solo se necesita una cierta sensibilidad.