El acto central de Galicia contra la pobreza celebrado ayer en Vigo tenía como uno de sus lemas La pobreza mata. Tal vez por eso solo resultó atractivo para apenas medio millar de personas, que hicieron del edificio de La Gota de Leche el símbolo contra la pobreza.
Las ausencias eran notorias. No así las de miembros de oenegés, convocantes de la manifestación, que partió pasado el mediodía de la plaza de la Independencia hasta el edificio de La Gota de Leche, frente al Concello.
La Red Social Galicia Sur, en la que se integran veintisiete entidades, y la Organización no Gubernamental para el Desarrollo encabezaron la marcha con un ambiente festivo de globos y gaitas por aquello de que la alegría es gratis. «Rebélate contra a pobreza, máis feitos, menos palabras», «Non hai dereito a vivir sen teito» y «Pobreza cero» fueron algunos de los lemas de las pancartas y de las consignas coreadas por los participantes junto con otras más concretas alusivas a la ciudad: «Apertura xa de A Gota de Leite». Fue al pie de este último inmueble, reclamado como albergue para las trescientas personas sin techo de la ciudad, donde un ciudadano nicaragüense y otro hondureño expusieron la problemática de sus respectivos países y dieron lectura a un manifiesto. En el mismo se aludía a las políticas miserables de algunos países ricos para erradicar la pobreza y se hacía un llamamiento a los partidos políticos gallegos para que alcancen un pacto encaminado a erradicar esta lacra social, de la que también son responsables los concellos.
El broche final lo puso una integrante de la Red Social Galicia Sur, que advirtió que la elección del lugar para la conclusión de la marcha no era casual, sino que se trataba del símbolo contra la pobreza en el ámbito local. Una lucha, dijo, apoyada por vecinos anónimos, en alusión a la acción ciudadana de esa misma noche, que promovió una acampada reivindicativa en el patio de La Gota de Leche, a la que se dio fin ayer al término de la manifestación.
La Red Social solicitó de las administraciones una respuesta inmediata ante una situación calificada de insostenible, y que no se pongan más trabas administrativas, políticas o partidistas, como ha venido ocurriendo hasta este momento. «Albergue xa!» fue la última consigna y también la última advertencia a los responsables de esta carencia.