La lucha frustrada de las Rías Baixas por las carreras

La Voz

VIGO

25 ago 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Responder a las necesidades del sector automovilístico gallego en el sur de Pontevedra no es algo nuevo. Mientras los árboles toman posiciones de salida en las pistas de Covelo, otros municipios barajan proyectos que sirvan de atractivo al turismo. Ese es el caso de A Cañiza, donde existían unas instalaciones para la práctica de autocross que se perdieron en el 2004. La construcción de un campo de fútbol las hizo desaparecer, pero en los últimos años una escudería local trata de recuperarlas.

El optimismo de entonces ponía incluso fechas. El verano del año pasado sería el límite para que el circuito, con forma de jamón en honor a la tradicional comida del municipio, empezase a andar. Pero al final los planes no traspasaron del papel. Claro que no fueron los únicos que se han quedado enterrados en el cajón de las promesas. Ese es el mismo destino que comparte hasta ahora el circuito de velocidad de Mondariz y Pazos de Borbén.

Este proyecto, una urgencia del mundo del motor que se reclama desde hace años, forma parte de los sueños de la Diputación de Pontevedra. Claro que no son los únicos interesados. La idea se multiplicó por el territorio gallego pero lo cierto es que, según los expertos del sector, los únicos municipios que cuentan ya con un proyecto detallado son los de Cerceda y Silleda. Estos documentos, con un coste cercano a los 600.000 euros, desgranan en sus páginas todos los detalles y obras necesarias para poner en marcha unas instalaciones de este tipo. Mientras, el sur de la provincia se arma de paciencia y sus automovilistas buscan alternativas en otras comarcas.