Un enjambre de abejas se instala en un letrero comercial de Gran Vía

Marina Chiavegatto

VIGO

09 jul 2009 . Actualizado a las 11:10 h.

Un enjambre de abejas decidió posarse ayer en el letrero de una agencia de viajes ubicada al lado del centro comercial El Corte Inglés. «Eran sobre las once de la mañana cuando nos dimos cuenta que nuestro letrero estaba lleno de abejas», cuenta una de las trabajadoras de Viajes Crisol.

Al ver que los animales no se iban de allí, las trabajadoras llamaron a la Policía Local para pedir auxilio. Por suerte, en la Policía de Vigo existe un «experto en abejas». «Él estaba de permiso, pero aún así se acercó al local para llevar las abejas de allí», cuenta una de las funcionarias de la policía.

Según este «experto», lo que pasó fue que la abeja reina del enjambre decidió instalarse en el letrero y, minutos después, llegaron todos sus seguidores que se posaron a su lado. «Fue como una revolución», recuerda la trabajadora de la agencia de viajes que llamó a la Policía.

«Al principio creíamos que las abejas estaban dentro del letrero, pero después nos explicaron que todas las abejas seguían a la reina», cuenta.

Cerca de una hora después de la intervención policial, una docena de de estos animales todavía seguía en el letrero de esta tienda de Gran Vía. «A ver si por la tarde ya no están», comentó la trabajadora.

Estas llamadas no suelen suceder mucho, pero siempre que pasa, lo agentes de la Policía Local no dudan. La solución es siempre llamar al «experto» y pedirle que se acerque.

Se trata del agente Jesús Álvarez que se define como un «aficionado en abejas». «Me gusta mucho el tema y tengo dos colmenas», justifica este agente da la Policía Local.

Un enjambre en la ciudad

Pero, ¿qué hacía un enjambre de abejas en pleno centro urbano? «Las abejas cuando salen de sus colmenas pueden volar de uno a tres kilómetros en busca de una nueva colmena», explica Jesús. Sin embargo, cuando pasan algunos días sin encontrar donde asentarse, pueden llegar a viajar unos 15 kilómetros por día, puntualiza este aficionado a la apicultura.

«Lo que pasa es que la abeja reina no está acostumbrada a volar y a veces se cansa y necesita parar para descansar», cuenta. Fue exactamente esta la situación que pasó ayer en el letrero de Gran Vía: «Cuando la reina decide parar un rato, todo el enjambre para con ella». Pero Jesús Álvarez grarantiza que estas abejas perdidas ya tienen un nuevo hogar: «Ya están todas en una de mis colmenas».

El agente comenta que solo este año la Policía Local ya recibió unas cinco llamadas debido a este problema: «A veces hay colmenas muy cerca del centro urbano, por eso pasan estas cosas». Lavadores y Colla son algunas de las localidades en las que existen colmenas.