La moción de censura que se debate hoy en Gondomar es una muestra de las vueltas que da la política, de cómo ediles que hoy se dan la mano, hasta hace muy poco eran enemigos acérrimos. El tránsfuga socialista, Alfonso de Lis Fiuza y el edil de Move Gondomar, Manuel Núñez Sestelo pleitearon hasta hace muy poco en los juzgados por unos panfletos difamatorios contra el primero. Alfonso de Lis acusó a Manuel Núñez Sestelo de ser el autor de las cartas que militantes de la agrupación recibieron por correo postal en sus domicilios durante el proceso para renovar la ejecutiva.
El edil independiente quedó finalmente absuelto por falta de pruebas, a pesar de una grabación de la cámara de seguridad de la oficina de correos en la que supuestamente se le veía realizando los envíos.
Alfonso de Lis logró la expulsión del PSOE de Manuel Núñez Sestelo tras aquel episodio. Nada más ser elegido secretario general de los socialistas de Gondomar, Alfonso de Lis decía de Manuel Núñez Sestelo que era un «miserable y cobarde, que representa el pasado en el partido y que no tiene ningún futuro político. «Personajes de este tipo deben ser higiénicamente aislados de la esfera del poder y sobre todo del poder que ostenta la representación política», llegó a decir públicamente De Lis de Manuel Núñez Sestelo, con quien ahora compartirá la responsabilidad de gobernar en Gondomar.
Y lo harán de la mano del PP, a quienes los socialistas siempre han plantado batalla en el salón de plenos. Ambos portavoces confían plenamente en Martín Urgal. Para Manuel Núñez Sestelo es una persona honesta y muy capacitada. Para Alfonso de Lis el número 2 del PP es «el compañeiro Martín». Aprobar un presupuesto y dotar al Ayuntamiento de un planeamiento en vigor serán las prioridades más importantes del gobierno entrante de Gondomar.