El vial de Crecente a Ribadavia abre tras un año de obras

La Voz

VIGO

18 abr 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Un año de trabajos, una inversión de 7, 2 millones de euros y muchas molestias para los vecinos. Esa es la factura de la PO-801 que une Crecente con Ribadavia. Una de las arterias fundamentales del municipio, en especial para la parroquia de Filgueira, y cuya apertura al tráfico alivia los problemas por los trabajos en los viales que llegan a A Cañiza y a Cortegada. La conselleira de Política Territorial en funciones, María Xosé Caride, anunció ayer su apertura al tráfico después de haber mejorado las numerosas curvas y trazado accidentado que presentaba esta vial, antiguo PO-401 que conectaba con la OU-801.

Entre los trabajos realizados se encuentra el ancheado de la carretera y la construcción de nuevas glorietas e isletas en diversas intersecciones para mejorar la seguridad vial.

A mayores de la actuación general realizada en la carretera, el departamento autonómico modificó el proyecto inicial para proteger los elementos patrimoniales después de que los vecinos alertaran sobre la posible pérdida de restos etnográficos. En el punto kilométrico 0,300 se ejecutó un viaducto de unos 90 metros de luz que sustituyó la bóveda prevista inicialmente para salvar el curso fluvial. El nuevo viaducto está más alejado que la bóveda de los molinos que se encuentran en el río.

En el punto kilométrico 1,500 se construyó una variante que modificó el trazado para preservar el Camino Real y su antiguo puente. Esta medida permitió, también, acortar el trazado anterior en cerca de un kilómetros. Es decir, frente a los cinco que había que recorrer desde Filgueira hasta el límite con la provincia de Pontevedra, ahora solo es necesario hacer cuatro para que los vecinos lleguen a Ourense.

La medida ha conseguido aliviar la situación de los vecinos de la parroquia, que mientras duraron las obras se tuvieron que desviar unos 22 kilómetros a mayores, aunque el gobierno local apuntó esta semana que la carretera todavía no se encontraba en buen estado y espera que se reanuden los trabajos para mejorar la situación.

Pendientes

Esta medida no es la única por la que esperan en la parroquia de Crecente. La puesta en marcha del puente de Cortegada es uno de los retos que afronta la zona. La complejidad de la obra, que busca afectar lo menos posible al río, y las necesarias pruebas han provocado que los camiones y el tráfico pesado tengan que desviarse para llegar hasta este municipio de Ourense. En el caso de los turismos, los usuarios todavía pueden utilizar el viejo puente.