Cien años de medicina y largos baños en las orillas de Cangas

Maruja Silva redac.vigo@lavoz.es

VIGO

15 mar 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Eugenio Santos Sequeiros

cumple hoy cien años, si bien las velas las sopló ayer en compañía de sus nueve hijos, diez nietos, yernos, nueras y otros familiares, con los que posó antes de comer para la foto conmemorativa. Aunque su memoria ya no es lo que era, no tuvo problemas para seguir los cánticos propios de la fiesta. Comió con apetito, como lo hace habitualmente, y brindó con champán. «¿Cien años?, ¿estás segura?», le respondía, haciéndose el incrédulo, a una de sus hijas.

Nieto de un cangués, Eugenio Sequeiros Matos , médico como él y alcalde de Moaña a finales del siglo XIX; hijo de una moañesa y de un abogado de A Pobra do Caramiñal, nació en esta localidad en 1909. Sus padres se trasladaron a Cangas a los pocos años para vivir en la casa de la familia materna, en la calle Real. Fue cofundador, en su juventud, del club de Rodeira Mar, bajo cuya enseña participó en varias competiciones de natación en su especialidad, la espalda, además de entrenar al equipo femenino.

Estudió Medicina en Santiago. Tras licenciarse, ejerció en Beluso (Bueu), hasta que estalló la Guerra Civil. Al finalizar la guerra pidió plaza en Marruecos, entonces protectorado español. Allí estuvo dos años.

Regresó de nuevo a España para trabajar en una localidad asturiana de los Picos de Europa próxima a Cangas de Onís, Amieva, tras casarse con la santiaguesa Pilar Castroviejo . Allí nacieron sus tres primeros hijos. Continuó ejerciendo de médico de familia en un pueblo de Ourense, Padrenda, durante veinte años, en donde nació el resto de sus hijos.

En 1970 obtuvo plaza en Cangas. Trabajó en este municipio hasta su jubilación, primero en la llamada Casa del Médico, hoy centro municipal de atención de drogodependientes, y, tras su construcción, en la Casa do Mar. La edad no pasa en vano. Sequeiros fue dejando progresivamente algunas de sus principales aficiones: la guitarra y la playa. Sus largos baños siguen siendo una de las imágenes que guardan en la memoria quienes lo conocen. Un siglo de historia viva en la capital de O Morrazo.

El fin de semana estuvo cargado de celebraciones, también al otro lado de la ría. Las felicitaciones se abrieron paso en Castrelos con la boda de Ramón Aparicio y Marcos Baqueira . Quizá a muchos les pasen desapercibidos sus nombres. Desde luego, no a los adeptos al Casco Vello de Vigo, porque los novios son los dueños del restaurante de A Curuxa, en la calle Cesteiros. Y con eso ya está todo dicho. El alma gallega con corazón de modernidad que se degusta en cada plato del popular establecimiento es la misma de la que ayer hicieron gala los contrayentes.

La vestimenta tradicional de Galicia dio colorido a la celebración. Ellos la llevaban y habían instado a los invitados a imitarles. Casi la mitad de los asistentes se animó a lucir palmito autóctono. También lo hizo la concejala del Partido Popular Marian García, que ofició la ceremonia en el Pazo de Castrelos. Ella fue la encargada de sustituir a Corina Porro , que no pudo acudir por motivos personales.

Los festejos continuaron con un suculento banquete en la localidad portuguesa de Monçao, en el Convento dos Capuchos. La comida fue el arranque de una jornada de celebraciones que duró para muchos hasta altas horas de la madrugada. Felicidades a los novios. Perdón, al matrimonio.

La décima edición del Festival de Títeres de Redondela está ya en marcha. Los actos se concentrarán del 18 al 24 de mayo y habrá espectáculos de compañías llegadas de Brasil, Argentina, Francia, Alemania, Eslovenia, Bélgica, Italia, Benín y muchos puntos de España. La idea es superar los 25.000 espectadores que, se calcula, tuvieron en la pasada edición. Como ya es habitual en la cita, organizada por la asociación Xente Titiriteira y el Concello, las representaciones inundarán calles, plazas y jardines del municipio. La edición sigue la filosofía de su creador, Juanjo Amoedo , de involucrar a todas las instituciones posibles para convertirse en un referente.