El desorden hecho municipio y convertido en la entrada a Vigo

La Voz

VIGO

12 mar 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

A los pies de la casa consistorial, en lugar de la típica plaza gallega, hay una autovía. No existe un centro urbano, aunque sí varios puntos de concentración de casas. No hay polígonos industriales, aunque unas 1.300 empresas dispersas convierten al municipio en el cuarto de Galicia con mayor PIB por persona. Así es Mos, un concello de contrastes forzado a convertirse en el puente de entrada de todas las infraestructuras que llegan a Vigo. Las obras de carreteras, pasos ferroviarios y otras infraestructuras le comen terreno.

En la actualidad, según un estudio encargado por el anterior bipartito, una cuarta parte de su superficie está ya ocupada por servicios generales de conexión a la gran ciudad del sur. Eso sin contar con el AVE y la futura autovía a O Porriño, cuyas pérdidas se cifran en unos 200 millones de euros para el municipio. Ante el miedo de convertirse en una extensión de Vigo y quedarse solo en un área dormitorio, el concello lucha desde hace tiempo por reivindicar su papel pegado a uno de los motores industriales de Galicia, O Porriño.

El futuro Plan General podría convertirse en una tabla de salvación para tratar de reorganizar el crecimiento de la zona, ahogado durante mucho tiempo por la falta de servicios en los núcleos urbanos, lo que no permitía conceder más licencias.

Al mismo tiempo, la construcción de dos polígonos de A Veigadaña y A Arrufana, se plantea como una posibilidad única para reubicar parte de las empresas que conviven puerta con puerta con las viviendas a lo largo de los 54 kilómetros cuadrados de Mos.