Freno al frente anti Caride

VIGO

Los socialistas de la provincia han recibido la orden de no hacer sangre y dejar de incordiar a la conselleira en funciones

09 mar 2009 . Actualizado a las 11:57 h.

Primero quisieron demostrar, y lo hicieron, que no estaban de acuerdo con que el segundo puesto de la lista del PSOE de Pontevedra fuese reservado para María José Caride. Pretendían dejarle claro a Emilio Pérez Touriño que su poder en el partido era relativo, y de paso a la conselleira de Política Territorial en funciones que los desplantes se pagan. Los alcaldes más veteranos del PSOE no dejaron de mostrar su malestar durante toda la legislatura respecto al trato frío que aseguraban recibir de la conselleira cuando ellos creían que les había llegado el momento de recibir una camaradería similar a la que José Cuiña les dio durante años a los suyos para concederles un asfaltado aquí, un paseo allá... proyectos con los que demostrar a sus respectivos conciudadanos que su pueblo avanzaba.

Pero con Caride no encontraron esa cercanía y por eso reclamaron vendetta a los dirigentes del PSOE que quisieran demostrar que cuentan con apoyos internos suficientes como para mantenerse en lo más alto de la estructura de poder del partido en estos momentos de cambio.

Verbalizaron hacia dentro su deseo de que se forzase a Caride a seguir los pasos de Touriño. Recordaron que no tuvo respaldo entre las bases para integrar la candidatura y demostraron en todo caso que las tres agrupaciones más potentes de la provincia (Vigo, Pontevedra y Vilagarcía) se habían puesto de acuerdo en este tema de manera tan firme como lo hicieron a la hora de que Touriño eligiese para su lista pontevedresa a Caride o a Dolores Villarino. Pero su estrategia chocó frontalmente con la de José Blanco. El vicesecretario general del PSOE dibujó en la misma noche de la derrota socialista una estrategia consistente en cerrar la crisis interna cuanto antes y con el menor coste de altos cargos posible. La cabeza de Touriño y nada más. En un momento de crisis económica y en medio de una inminente remodelación del Gobierno central, el PSOE, pensó, no puede sacar las navajas en Galicia y desgastarse en una batalla sin final, como las que siempre vivió el PSdeG.

Por eso, Blanco mandó suficientes recados a los socialistas gallegos como para que sus líderes se den cuenta de que quien se empecine en entablar una guerra de desgaste será el primero en seguir los pasos de Touriño. Que quien quiera cortar cabezas quizá no vea la suya ni en el equipo de transición que encabezará Pachi Vázquez ni en el que le suceda después, ya sea con el propio Blanco, con José Ramón Besteiro (el presidente de la Diputación de Lugo) o con el que sea menester. Y por eso María José Caride se ha librado de ser el objetivo a desgastar. Por eso y porque en el PSOE son conscientes de que su grupo parlamentario no está sobrado de políticos y gestores capaces de hablar, controlar al Gobierno y pensar.

La conselleira se ha librado del fuego amigo, pero ojo, está de lleno en el centro de la diana popular.