Nigrán reconstruye su identidad

VIGO

Alumnos de un máster de Arquitectura de la Universidad de Santiago realizan sus proyectos de fin de carrera sobre cuatro emblemáticos escenarios del municipio

03 ene 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

«Pretendemos comenzar a unificar y crear una identidad de Nigrán». Ése es el objetivo, y no parece nada fácil, de los cinco alumnos del máster de Arquitectura Aula de renovación urbana y rehabilitación de la Universidad de Santiago que centran sus proyectos de fin de carrera en cuatro emblemáticos espacios de Nigrán. Una iniciativa que se enmarca en el convenio de colaboración suscrito entre el concello y la universidad y que apuesta por los jóvenes valores y por un nuevo modelo urbanístico.

El arco visigótico de Panxón; el puente románico de A Ramallosa; el parque de A Carrasca y la batería de Monteferro son los cuatro enclaves elegidos. La primera valoración es radical: «En conjunto son un caos, especialmente por su estado actual de conservación». Y es que éstos jóvenes se tendrán que aplicar sobre cuatro puntos del municipio muy representativos pero que, sin duda, no gozan de la protección que debieran.

Arco visigótico

Ni siquiera se salva el primero de ellos: el arco visigótico de Panxón y su entorno. «Quién diría que es un Bien de Interés Cultural», apuntaba ayer Patricia López, una de las arquitectas desplazadas. El arco en cuestión, que data de finales de siglo VII y es monumento nacional desde 1964, se ha convertido en un espacio degradado. El propio edil de Urbanismo, que asesora a los alumnos, explicó la urgencia de su puesta en valor porque actualmente está atrapado en una verja que ni siquiera lo protege porque está rota.

El principal problema para desarrollar una actuación integral pero adaptada a cada uno de los espacios son los coches. «Hay vehículos en todos los sitios, incluidas las plazas», destacaron. De ahí que su primera cruzada sea la de «ordenar los espacios que nos dan para que reviertan en los vecinos y en Nigrán», avanzó Joaquín Gutiérrez.

Es un problema que se detecta de forma especial en el parque de A Carrasca, su segundo punto de intervención. ?En este caso, los arquitectos acometerán, más que una reconversión, una recuperación ya que quieren consolidar el significado popular de la propia plaza de pueblo. A fecha de hoy, «es lo más caótico porque hay muchos usos para un espacio tan acotado». «Solo quedan dos carballos, hay cables colgando por los árboles y, en un mismo espacio, el parque, compiten la zona de bolos y la de petanca; hay que ordenarlo todo para recuperar su uso como plaza», manifestó Alba Fernández.

A Ramallosa

Otro de los monumentos de Nigrán en el que se pretende intervenir gracias a esta singular iniciativa es el puente románico. El conjunto está «en perfecto estado» pero no así su entorno, que se ha transformado en un espontánea zona de aparcamiento sobre un terreno arenoso lleno de agujeros. «Cualquier intervención mejoraría el entorno del puente y del estuario del Miñor», aseguran los arquitectos implicados en la iniciativa. Sus potencialidades: «Podría llegar a ser también un BIC histórico y cultural porque es un elemento emblemático y necesita de una protección especial».

Los jóvenes que participan en el proyecto, uno de ellos de Gondomar, llevan ya dos meses trabajando en sus proyectos de fin de carrera. Vienen habitualmente a Nigrán, como ayer, para recoger documentación y realizar el trabajo de campo que posteriormente analizan en Santiago. Así pasarán los próximos meses, ya que los documentos finales deberán estar listos para su presentación en junio.

Dos biólogas del Concello, Dolores Torea y Teresa Ramos, colaboran en el proyecto. Ayer recorrían juntos la cima de Monteferro. Teresa Ramos hizo hincapié en las potencialidades de este espacio. «Es muy aprovechable, porque hasta aquí arriba no ha llegado la construcción, como en Monte Lourido. Ha sido poco tocado por la mano del hombre, no es fácil encontrarse con un sitio así y menos al lado de un lugar como Praia América», destacó.

Tras las propuestas de los arquitectos, le llegará el turno al gobierno local, que deberá decidir sobre la viabilidad de los proyectos aunque, de antemano, cuentan ya con su beneplácito., como la construcción de un aula da natureza.