El Corte Inglés de Vigo cerró media hora para evitar a los piquetes, que arrojaron excrementos en la Universidad
19 nov 2008 . Actualizado a las 12:42 h.La huelga del sector de la limpieza de la provincia de Pontevedra incrementó ayer la espiral de tensión entre empleados y empresas, después de que en torno a 200 trabajadores irrumpiesen en la sede de la Confederación de Empresarios de Pontevedra (CEP), poco antes de las once de la mañana, con la petición expresa de que la patronal se sentase a negociar el convenio colectivo del sector, en vía muerta desde la primavera pasada como consecuencia de su impugnación por la patronal ante la autoridad administrativa.
Los manifestantes se concentraron por espacio de una hora y cuarto en la CEP, donde celebraron una asamblea en la que se ratificaron en su deseo de proseguir en huelga indefinida hasta que se alcance un acuerdo ventajoso. Tomás Gonzalo, de la CIG, aseguró que continuarán con las protestas hasta que les aumenten el sueldo 34 euros al mes este año y 42 en el 2009. «Cobramos solo 753 euros al mes por jornada completa y muchos de nosotros tenemos hijos a nuestro cargo», apostilló la limpiadora Maruchi Miranda.
La irrupción en la sede de la patronal pontevedresa estuvo acompañada de una suelta de pequeñas tiras de papel que se desparramaron por todo el local. Fuera, la Policía Nacional permanecía vigilante, aunque no tuvo que intervenir, ya que los concentrados abandonaron su meteórico encierro sin problemas. Con todo, a la salida, los agentes solicitaron los carnés de identidad a decenas de participantes en la protesta, si bien la mayoría se escabulleron por la salida de emergencia.
Por la tarde, los huelguistas se movilizaron delante de El Corté Inglés de Vigo, que cerró sus puertas media hora para evitar que los manifestantes entrasen en sus instalaciones, como ocurrió dentro de otro centro comercial vigués, donde arrojaron papeles, tierra, kétchup y hasta heces de perro, según el gerente, Marcos Martínez. También se arrojaron excrementos en la Escuela de Ingeniería de Telecomunicaciones de la Universidad de Vigo.
Según los sindicatos, el 80% de los casi 8.000 limpiadores de la provincia plantaron desde el lunes las escobas y el recogedor. En Pontevedra capital, medio centenar de piquetes recorrieron la ciudad dejando a su paso papeles, hojas de árboles y pegatinas reivindicativas. A pesar de la tranquilidad con la que transcurrió la protesta, si se compara con las movilizaciones viguesas, los piquetes encontraron un freno a sus reclamaciones en el centro comercial de A Barca, donde una patrulla de la Guardia Civil los esperaba a la entrada para evitar que vaciasen las papeleras en el interior. Horas antes, a las seis y media de la mañana, los manifestantes cortaron los accesos a la planta de celulosas de Ence, obligando, además, a retrasar la descarga de algunos de los barcos. El Hospital Domínguez, la sede de la Diputación y el campus fueron otros de los escenarios de las protestas, que en todo momento estuvieron controladas por agentes de la Policía Local.