Charlotte Perriand, Marion Mahony, Lily Reich o Elsa Aalto son mujeres con una contribución esencial a la historia de la arquitectura, pero a excepción de los especialistas, pocos conocen sus nombres. En cambio, las de los hombres con los que trabajaron codo a codo son universalmente reconocidos: Le Corbusier, Frank Lloyd Wright, Mies van der Rohe o Alvar Aalto (del que Elsa tomó el apellido al casarse). Al igual que sus nombres, los trabajos y aportaciones de las mujeres arquitectas y diseñadoras han sido silenciados y olvidados a lo largo de los siglos, tal como ayer recordó la conselleira de Vivenda e Solo, Teresa Táboas. Este motivo y otros estructuran el espíritu del congreso que inauguró: En construción. Arquitectura, xénero e cidadanía , que se desarrolla en el centro social Caixanova de Vigo hasta el sábado.
En el congreso, que se desarrolal hasta el sábado, se debaten cuestiones como la construcción de viviendas ecológicas, las normas del hábitat, la rehabilitación de los cascos viejos en Galicia, los nuevos proyectos urbanos y la integración de las mujeres en el desarrollo local. El objetivo, relacionado estrechamente con el V Plan do Goberno Galego para a Igualdade entre Homes e Mulleres, como recordó la secretaria xeral da Igualdade, Carme Adán, es promover el punto de vista de género en las políticas públicas en materia de vivienda y en la gestión del espacio e urbanístico, para hacer los espacios privados más vivibles y los públicos más habitables y a la medida de la ciudadanía. La concejala del mismo departamento en Vigo, Yolanda Veloso, subrayó que «mejorar las condiciones de habitabilidad para las mujeres supone mejorarlas para toda la sociedad».