«Me he inspirado mucho en Betty Page y le tengo un pequeño altar»

VIGO

La cantante de Killer Barbies, que rinde culto a la estética «retro» y a la cultura pop con numerosas colecciones, está a punto de estrenar su primer disco en solitario

28 sep 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Mientras relata los pormenores de su afición por cierto tipo de objetos, muchos de ellos relacionados con la cultura pop y sus múltiples derivaciones, Silvia Superstar se come una mandarina apoyada en la barra de El Gato Negro, uno de los dos locales de copas que regenta junto a su también compañero de batallas musicales y vitales en Killer Barbies, Billy King. «Siempre que encuentro algo que me gusta empiezo una colección. Es como una obsesión», confiesa.

Los juguetes son una parte de sus tesoros y una prolongación de un espíritu estético y lúdico que no remite con el tiempo, lo mismo que las golosinas de formas, texturas y envoltorios alucinantes que al principio solo se encontraban en el extranjero. «Lo malo de esta colección es que perece. Cuando la vas a ver, los chupa chups, gominolas y demás están derretidas, pero lo que me gusta de estos productos es cómo se comen el tarro los fabricantes para atraer a los niños con impactos visuales». Pero las chuches son solamente una parte de sus filias: «Me encanta toda la estética retro de los años 50 y 60. Soy una loca de los rastros. No entiendo cómo hay gente que se puede deshacer de cosas que a mí me parecen preciosas. Hay objetos y muebles pasados de moda que a mí me parecen más modernos y mucho más interesantes que las copias que se venden ahora, así que me dedico a buscar por las tiendas de segunda mano. Ya no me cabe todo en casa, que parece un museo, por eso muchas cosas acaban en los bares, que al fin y al cabo son como una prolongación de mi espacio íntimo y de mi personalidad».

Ahora, el hogar de Silvia tiene una nueva sucursal en Madrid, donde pasa cada vez más tiempo aunque reconoce que su ciudad, Vigo, le ofrece una calidad de vida que no encuentra en el ajetreo de la capital a pesar de reconocerse como nómada incorregible. Cada vez que tiene oportunidad, hace las maletas para trasladarse a otros paisajes: «Necesito ver cosas nuevas. Viajar es estimulante, la mejor forma de invertir mi tiempo y mi dinero, aunque mi madre me dice siempre que ahorre», ríe.

En Madrid -revela-, los rastros que tanto le gustan están arrasados por los productores de series nostálgicas como Cuéntame , que se llevan todo cuanto llega a las tiendas. A pesar de las dificultades para hallar tesoros, con Internet las búsquedas se han vuelto menos excitantes: «Cada vez es más fácil conseguir de todo, para lo bueno y para lo malo», lamenta.

Pistolas de luz y sonido

Otra de sus aficiones, los cuadros retro en los que enmarca imágenes de pin-ups , empezó también desde que abrió su otro bar hacer 15 años, el Black Ball: «Empecé haciéndolo para decorar el local pero terminó convirtiéndose en una pasión. Compro marcos antiguos y los customizo a mi gusto. Mi pin up favorita es Betty Page. Me he inspirado mucho en ella y le tengo un pequeño altar. También tengo muchas piezas de la cultura Tiki , cientos de juguetes de los que regalan en los menús infantiles de McDonalds y Burguer King y colecciono pistolas de luz y sonido que empecé a comprar para los primeros conciertos. Luego seguí y tengo más de doscientas».

Silvia, cantante, compositora y actriz, es la imagen poderosa y espectacular de Killer Barbies, la banda de punk rock más internacional que ha tenido Vigo, pero tras un período de barbecho del grupo, su musa creativa ha aprovechado para hacer algo que llevaba años queriendo hacer: un disco en solitario que estará en circulación antes de que acabe el año. «Es un reto personal», afirma. El trabajo, que saldrá bajo el sello de Pías Records, ofrecerá una nueva versión de Silvia Superstar, que se ha ocupado desde la producción a la composición y de tocar todos los instrumentos siguiendo el postulado punk del Hazlo tú mismo . «Podría tocar todas las canciones yo sola», asegura.

Killer Barbies es un grupo que siempre se ha divertido jugando con la estética gore y el terror de serie B, una mezcla entre lo festivo y lo siniestro que la cantante añade a su antología personal con elementos como las Living Death Dolls , las muñecas que vienen embaladas en su propio ataúd con su certificado de defunción y la causa del óbito. «Me regalaron una y seguí por mi cuenta, muchas veces aprovechando las giras», ya que la repercusión exterior del grupo ha sido mucho más importante que en su propio país, con legiones de fans nipones y alemanes o giras por Estados Unidos, donde llegaron a tocar en el desaparecido CBGB.

Y como no podía ser de otra manera, Silvia Superstar colecciona Barbies. Tiene algunas tan exclusivas como la hindú, la esquimal, la Supergirl, la Superwoman (edición limitada), y por supuesto, la Killer Barbie. Silvia también disfruta comprándoselas de segunda mano y customizando a las hijas más exuberantes de Mattel.