Un hombre tiende una emboscada a un brigadista y le dispara cuatro tiros

VIGO

24 sep 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Fue una emboscada de las de película. Como si se tratase de una recreación del crimen de Fago. Eso sí, de consecuencias menos graves porque la víctima, pese a los esfuerzos de su atacante, logró sobrevivir.

Sucedió a las cuatro de la madrugada de ayer. Un capataz de las brigadas forestales de la Xunta, Juan Carlos Limia Domínguez, volvía a su casa por una carretera comarcal después de su trabajo en la base ourensana de Bande. Cuando se encontraba a menos de dos kilómetros de su vivienda de Cerdeira, en Xunqueira de Ambía, se encontró con unos troncos que obstaculizaban el camino.

Era el kilómetro 6,400 de la OU-0111, el punto que un individuo que de momento no ha sido detenido había escogido para, seguramente, acabar con la vida del brigadista, de 35 años. Lo tenía todo previsto porque incluso se preparó un apostadero provisional con dos sacos de patatas. Y esperó.

Ajeno a este perverso plan, Juan Carlos se bajó del coche para retirar las ramas y fue entonces cuando vio a un desconocido con la cara tapada que apenas tardó dos segundos en descerrajarle dos tiros, ambos en la zona inguinal, con un revólver de calibre 6,35. A duras penas, la víctima logró subir al coche y, pese a la gravedad de las heridas, tuvo fuerzas para acelerar y tratar de huir. Antes de que lo consiguiera, su agresor volvió a dispararle en otras dos ocasiones desde el exterior del automóvil, alcanzándolo en el tórax y el brazo izquierdo.

No se sabe muy bien qué ocurrió en los minutos posteriores, pero de lo que sí hay constancia es de que el herido logró llamar a su casa y pedir auxilio antes de desvanecerse, mientras el agresor huía por alguno de los caminos de la zona, muy boscosa.

De inmediato, una ambulancia se trasladó a la zona del suceso para recoger al herido, ya inconsciente. Fue trasladado al Complexo Hospitalario de Ourense, donde tuvo que ser operado de urgencia en una delicada intervención quirúrgica que se prolongó durante cinco horas. Los médicos lograron salvarle la vida, aunque tuvieron que extirparle un riñón. A última hora de ayer, Juan Carlos Limia permanecía ingresado en reanimación, con pronóstico grave.

Venganza por celos

Mientras tanto, se ponía en marcha la investigación para esclarecer los hechos. Aunque no se descarta ninguna hipótesis, a medida que iba avanzando la mañana los investigadores se centraron en la posibilidad de que el incidente hubiera podido deberse a una venganza motivada por los celos.

De ser cierta esta teoría, el autor de los disparos podría haber sido un vecino de la zona con el que la actual novia de la víctima habría mantenido una relación sentimental. Se da la circunstancia de que Juan Carlos ya había convivido con esa mujer hace años y ahora habrían vuelto a retomar la relación, lo que podría haber sido encajado mal por el presunto agresor.

En todo caso, la mujer prestó declaración a primera hora de la tarde de ayer ante los investigadores del caso, quienes a partir de ahí pudieron estrechar más el cerco sobre el sospechoso, que tiene problemas psiquiátricos. Al cierre de esta edición permanecía abierto un dispositivo policial para dar con el hombre, quien, al parecer, podría haber desaparecido de su domicilio habitual.