Los espantapájaros han resucitado. Aunque Covelo fue el encargado de desenterrar este símbolo del campo, la idea promete extenderse en los próximos certámenes después de que asociaciones de otros concellos se interesaran por extender Artespantallo al conocer esta primera edición.
Los planes de expansión no son nuevos, porque el proyecto nació pensando en contagiar a Crecente, A Cañiza y Arbo el próximo año. Pero la sorpresa ha crecido cuando las fronteras se han ampliado. «Después de que lo leyeran en La Voz de Galicia, nos llamaron de Ferrol, Betanzos, A Coruña o Lugo interesados en el tema», recuerda Manuel Alfonso, de la asociación cultural La cañada del arte.
Algunas asociaciones han propuesto acercarse al sur de Pontevedra para representar obras relacionadas con la figura, como O cadro de espantallo o la compañía de Ti e máis eu teatro.
El éxito ha repercutido también en los diseños. Hasta el municipio siguen llegando obras de toda Galicia y el norte de Portugal. Hay uno inspirado en El Grito , de Munch, que pretende denunciar también el estado de abandono de la rectoral de Barciademera.
Existen también futbolistas, como el de Luis Miranda, un payaso llegado desde Cea realizado por una niña de diez años, o un pintor, de Ricardo Campos. En total en los últimos días han llegado otros veinte modelos, lo que ha dejado por las huertas y campos de Covelo más de 80 espantapájaros diferentes. Diseños clásicos y modernos que serán el objeto del concurso de fotografía que se desarrolla hasta el 31 de mayo, cuando se acaba el certamen.
Otras actividades
El concurso fotográfico no es la única actividad paralela, la organización ha preparado uno de cuentos infantil y la colaboración de un cuentacuentos para resaltar el valor de este personaje. Además, la editorial Galaxia presentará en el municipio la reedición de la obra Espantallo amigo , de Xosé Neira Vilas.
Una vez terminado el plazo de entrega de modelos, también se ha planeado crear un mapa con la Ruta del espantallo, que recorra el municipio visitando estas obras de agroarte y que permita aprender datos de sus autores. «En la actualidad ya hay gente que hace estos paseos, pero esperaremos a recibir todos los modelos», recuerdan en La cañada del arte.
La idea es que, una vez finalizado el certamen, las figuras quedarán en el campo hasta la siguiente edición, cuando se renovarán. Con ello se busca intentar potenciar el rural gallego, atraer más turismo hacia los ayuntamientos más pequeños y redescubrir una figura que estaba casi extinguida.