La escultura clásica de Alfonso Quinteiro tiene su reflejo en Coruxo

J. L.

VIGO

17 feb 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Bajo el olivo del atrio de la iglesia de Coruxo, se puede ver un ejemplo de escultura clásica. Es el busto del que fuera párroco de esta feligresía viguesa, José Rivas González.

La obra está firmada por el artista ponteareano Alfonso Quinteiro Alonso. El escultor eligió el formato busto para representar al recordado párroco, que también tiene su propia calle en la zona.

Toda las formación clásica que obtuvo Quinteiro en su etapa como estudiante en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, está presente en esta obra realista.

El caso de Alfonso Quinteiro es casi único en el mundo del arte. A pesar de apuntar unas excelentes condiciones tanto para el dibujo como la escultura, tuvo que sacrificar sus dones para sacar adelante una familia. Pero, dicen que nunca es tarde, y a los 75 años, el artista pontearano regresó a su vocación con la fuerza de un joven y con la sabiduría de la experiencia. En este retorno, Quinteiro también atiende a la pintura.