Los años duros en Vigo del presidente de Kodak

F. Tabarés

VIGO

Antonio Pérez dice en una entrevista que la pesca era un negocio «frío y húmedo» en el que «había mala gente»

18 dic 2007 . Actualizado a las 12:16 h.

Frías y húmedas. Así recuerda el vigués Antonio Pérez, presidente ejecutivo de la multinacional estadounidense Kodak, las subastas de pescado a las que su padre lo llevaba con apenas 15 años, cuando trataba de transmitirle los secretos del mar a un chaval que con los años acabaría viviendo al otro lado del Atlántico y siendo el ejecutivo español mejor situado. En una entrevista en inglés que publica la revista Portfolio , Pérez recuerda sus primeros años de vida, lo que representa una novedad en uno de los personajes más herméticos del mundo de los negocios.

«No me gustaba el negocio»

«Creció en el noroeste de España y su padre tenía un negocio pesquero», le comenta el autor de la entrevista. «Sí, enVigo -contesta Pérez-. Con solo 15 años, me levantaba a las cinco de la mañana y me llevaba con él a las subastas». De aquella experiencia, este vigués de 61 años aprendió «solo una cosa: no me gustaba el negocio. Era frío y húmedo, y había mala gente». Y continúa: «No hay nada mejor que una decisión tomada a tiempo. Solo te das cuenta después. Adoro una frase de Goethe, el filósofo y poeta alemán. Dijo algo así como que en el momento en el que tomas una decisión te das cuenta de muchas cosas de las que no te hubieras dado cuenta si no hubieses tomado esa decisión».

Antonio Manuel Pérez fue nombrado director general y presidente de Eastman Kodak en abril del año 2003. Nacido en Vïgo hace 61 años, se formó en esta ciudad y en Madrid, Francia y Estados Unidos. Está casado con una norteamericana, vive en California y tiene una hija. En 1975, cuando era un joven ingeniero en telecomunicaciones recién salido de la facultad, ingresó en Hewlett Packard (HP). Diez años después, la compañía lo trasladó a Alemania para dirigir la sección europea de la empresa. Entre 1996 y el 2000 fue vicepresidente ejecutivo de HP en Estados Unidos. Ese año dimitió para llevar una vida más reposada en su mansión de La Jolla. Kodak lo fichó en el 2003 para desarrollar la estrategia digital de la compañía y buscar nuevas líneas de negocio.

El verano pasado, aterrizó en el aeropuerto de Peinador su avión privado, un Bombardier BD700. De lo que hizo en Vigo aquellos días, no hay constancia. Desde la central de Kodak aseguraron entonces que no disponía de tiempo para entrevistas «porque tiene una agenda muy apretada».