Las bandas organizadas están detrás de la mayoría de los robos de vehículos de gama alta y también del fenómeno del carjacking. Esta modalidad en la que se emplea la violencia armada para apoderarse de los coches mientras circulan, mantiene en jacque a las autoridades portuguesas y a los conductores de las dos riberas del Miño que circulan por los viales lusos fronterizos.
Según los datos hechos públicos en la conferencia sobre la criminalidad del automóvil que, durante dos días, reunió en Lisboa a representantes policiales de los 27 miembros de la Unión Europea, «el crimen organizado es el responsable de cerca del cincuenta por ciento de los siniestros».
Las cifras revelan un importante movimiento de estos grupos en el espacio europeo, donde, en el último año se han robado 1,2 millones de vehículos, lo que representa un perjuicio de 15 millones de euros.
La notícia coincide con la operación llevada a cabo en Galicia y varias comunidades de España en la que se han detenido a un total de 26 personas, entre ellas un vecino de O Porriño, como suspuestos miembros de una red que se dedicaba al robo de vehículos de alta cilindrada para su posterior venta en terceros países.
Los hurtos de y en vehículos, copan los primeros puestos del ránking de crímenes registrados en Portugal. Conductores de todas las edades han sido víctimas del «carjacking», un fenómeno que se ha triplicado desde que se importó desde EE.UU al país vecino en el 2003 y que continúa creciendo. En los últimos nueve meses se han denunciado 331 casos, lo que significa que se produce más de uno por día. Los siniestros tienen como escenario principal las carreteras del norte luso, en el triángulo comprendido entre Oporto, Braga y Valença do Minho. Las fuerzas policiales de Europa reunidas en Lisboa apuestan por la creación de un documento único del automóvil, similar al que ya está en vigor en Portugal y que «incorpora nuevas medidas de seguridad».