El dirigente ya había advertido con el equipo en Primera de los problemas económicos que ahora se agravaron
02 nov 2007 . Actualizado a las 13:34 h.Carlos Mouriño, presidente del Celta, aclaró ayer los motivos que han llevado a su consejo de administración a proponer a la junta de accionistas del club una ampliación de capital. El dirigente no oculta que paliar la deuda y ganar en liquidez se antoja imprescindible para el funcionamiento del Celta y de ahí que hayan buscado esta solución empresarial.
«El balance de esta temporada da negativo. Esto requiere una ampliación de capital para poder tener el club en condiciones de seguir funcionando», explicó Mouriño. El presidente céltico no quiso entrar en más valoraciones ya que considera que por respeto a sus accionistas debe aguardar a la asamblea del próximo 3 de diciembre para que «de primera mano y no por la prensa» los socios compromisarios reciban toda la información.
Las palabras del presidente explican la cruda realidad económica por la que pasa el club. El informe realizado por Xavier Martínez Cobas antes de dejar su cargo como director general, les ha llevado a tomar la decisión de buscar una ampliación de capital. La merma de ingresos ha sido más grande de lo que esperaban y las cuotas que están pagando a los bancos le están dejando a cero en caja, o lo que es peor, con una situación de números rojos preocupante. De las palabras del presidente se deduce que ahora mismo el club vigués está teniendo problemas para afrontar los gastos de funcionamiento tales como pagar a sus jugadores, personal, alquiler de oficinas, desplazamientos..., y por eso han buscado una solución como la de la ampliación de capital.
Hace un año, en la pasada junta de accionistas, Carlos Mouriño explicó en la asamblea del club que «a largo plazo no hay problemas, pero a corto (a un año vista) puede ser que el club pase apuros si no se recurre a préstamos o la financiación de capital». La primera solución elegida fue la de la refinanciación. Esto condenaba al club a seguir aplazando el final de la crisis y hacer constantemente frente al pago de nuevos intereses. El objetivo de Martínez Cobas era incrementar los ingresos ordinarios en un 40% para que la sociedad dependiese menos del devenir deportivo. El proyecto pasaba por multiplicar los euros generados por merchandising, elevar la recaudación en taquilla e incrementar lo que se consigue por derechos de retransmisión e imagen. El descenso a Segunda echó por tierra todo. El Celta tiene asegurado un buen contrato de televisión pero para eso necesita regresar a Primera esta temporada.
Las medidas drásticas, que ya se intuían hace un año, no se han hecho esperar más. Por un lado, el club se ha visto obligado a la venta de jugadores. Baiano, Nené y Ángel han sido los futbolistas por los que el Celta ha recibido dinero este verano. Pero esas cantidades de ingresos no son inmediatas. Una parte la habrán ingresado ya, pero en estas ventas siempre se acuerdan plazos de varios años. La cesión de Oubiña, con una opción de compra que tenía el Birmingham por once millones de euros, fue otra operación que le salió mal al Celta con la lesión del jugador el día de su estreno en Inglaterra.
La otra solución drástica era la ampliación de capital. El Celta se ha visto abocado a ella para luchar con una deuda que era de 65,7 millones de euros y sigue engordando. Si en el pasado ejercicio se incrementó en un 10%, el agujero de ahora será mucho mayor. La deuda neta (lo que le debe menos lo que le deben) era de 28,2 millones de euros pero ahora podría alcanzar los 42 millones.