La falta de separación entre aguas residuales y pluviales colapsa la red general de alcantarillado
22 sep 2007 . Actualizado a las 02:00 h.Las obras para el cambio de las estaciones de bombeo de la red general de alcantarillado de Baiona han puesto de manifiesto el mal uso que hacen muchos vecinos de la misma.
Los colectores reciben una gran cantidad de aguas pluviales procedentes de ríos, pozos y regatos de viviendas particulares que colapsan el sistema y son los que finalmente acaban provocando vertidos al mar. Así lo pudieron comprobar ayer los responsables municipales durante una inspección que realizaron a las obras que se están llevando a cabo junto al puerto pesquero.
El edil de Medio Ambiente, Manuel Vilar Márquez, se dio cuenta del extraordinario caudal que trae el colector general a esa altura y que sólo se explica por la falta de separación entre las aguas pluviales y las residuales. «Es imposible que tanta cantidad de agua provenga de las aguas domiciliarias porque, en ese caso, el embalse de Bahíña se vaciaría por completo en apenas una semana», valoró ayer este representante municipal, señalando el auténtico río subterráneo que circula bajo la avenida marítima en dirección a la estación de pretratamiento del paseo de Pinzón.
Manuel Vilar afirmó que la separativa de pluviales y residuales es uno de los grandes retos que tiene planteado en estos momentos el municipio de Baiona, no sólo para evitar vertidos, sino también inundaciones. El Camiño das Monxas se inundó el pasado otoño debido a las aguas pluviales que bajaron de Belesar.
Perjuicios
Las aguas pluviales colapsan la red, generan un mayor gasto de las estaciones de bombeo, que tienen más posibilidades de estropearse y de provocar vertidos. El problema se ha agravado tras la instalación de la red de alcantarillado en zonas rurales de Bahíña y Santa Cristina, por donde se cuela el agua de numerosos regatos que bajan de zonas montañosas.
El edil hizo ayer un llamamiento para que los vecinos eviten verter aguas pluviales en la red de saneamiento y las dejen transcurrir por sus cauces naturales hasta alcanzar el mar.