Dos delfines se descomponen en Barra desde hace más de diez días

S. Antón VIGO

VIGO

Podrían haber varado tras ser alcanzados por disparos de fusiles submarinos Un protocolo de retirada de animales evitaría estas situaciones, según CEMMA

05 nov 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

?ás de diez días llevan sendos delfines, un adulto y una cría, varados en la playa de Barra sin que nadie los retire. Los signos de descomposición, amén del olor que desprenden son evidentes, como han podido comprobar los bañistas que, aprovechando las altas temperaturas, acuden al arenal. Uno de esos bañistas notificó hace días la situación al Seprona. Ayer regresó a la playa y no entendía por qué los animales seguían en el mismo lugar, «máxime después de que todo indica que ha intervenido la mano el hombre en su muerte, pese a que estamos hablando de animales protegidos», asegura. Añade que las dos cuerdas, ya deshilachadas, que asoman por su vientre indican que debieron de ser arponeados por fusiles de pesca submarina. El Seprona reconoce que los animales pemanecen en la playa desde hace días, al menos once, pero dicen que ellos carecen de competencias para retirarlos. Un portavoz explicaba ayer que siguieron el procedimiento habitual en estos casos, esto es, remitir sendos escritos a Medio Ambiente y a la Coordinadora para el Estudio de los Mamíferos Marinos (CEMMA). Los escritos en cuestión tienen fecha del día 26, que fue cuando los descubrieron en una visita rutinaria. La respuesta de CEMMA fue rápida. Alfredo López, su presidente, explicaba ayer a La Voz que acudieron al lugar, recogieron información de los animales para tratar de averigurar la causa de la muerte _«aunque va a ser díficil»_ y notificaron al Ayuntamiento el lugar en el que se encuentran para que los retire, ya que la limpieza de playas es de su competencia. En el Ayuntamiento nadie contestaba ayer, pero Alfredeo López sostiene que este tipo de problemas estarían evitados si, como tantas veces han pedido, se elaborara un protocolo de retirada controlada. Recuerda que el pasado año aparecieron 305 animales en las playas o, lo que es lo mismo, 40 toneladas de carne. Lo habitual es que si están en un lugar de fácil acceso o al que acudan bañistas, se retire; de lo contrario, se deja descomponer. Aunque no es fácil llevar un registro, dada la movilidad de los delfines, se estima que en la costa gallega hay una población estable de unos 600. En lo que va de año han varado cinco vivos, de los que el CEMMA logró salvar tres. Una foca o una tortuga es más fácil, porque pueden transportarse, pero los cetáceos no se pueden mover del agua porque dependen de ella para vivir, explica Alfredo López.