El primer Centro de Inserción de Galicia se inauguró ayer en Vigo

VIGO

XOÁN CARLOS GIL

Acogerá a partir de la próxima semana a 67 reclusos de tercer grado El recinto ocupará 5.000 metros cuadrados de la antigua cárcel y costó 3,6 millones

06 jul 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

El Centro de Inserción Social (CIS) Carmen Avendaño Otero inaugurado ayer en Vigo es pionero en Galicia. Es el octavo desde que los socialistas alcanzaron el Gobierno y el primero de estas características desde que el ex ministro del Interior, José Antonio Alonso aprobase el pasado día 2 de diciembre el Plan de Amortización y Construcción de Centros Penitenciarios 2005-2012 (en el que se abrirán 32 recintos más). El centro ocupa casi 5.000 metros cuadrados de superficie construida sobre la antigua cárcel de la ciudad. Tiene tres plantas, más un bajocubierta dedicada a las instalaciones. El coste total de las obras ascienden a 3,6 millones de euros (600 millones de pesetas), y acogerá a partir de la próxima a 67 reclusos de tercer grado, es decir, aquellos que están próximos a cumplir la condena. La situación del CIS en la ciudad (en la avenida de Madrid), facilita la reinserción de los internos, al tener fácil acceso a sus respectivos puestos de trabajo. Dispone de todas las comodidades posibles: lavandería, gabinete médico, cocina, comedor, una habitación habilitada para discapacitados físicos, una sala de estar (con una mesa de ping-pong) y biblioteca. También tiene una terraza con bancos y un futbolín. Desde allí se puede ver la pista de fútbol sala y a su lado un amplio espacio cerrado para refugiarse de la lluvia. El objetivo del proyecto es facilitar a los presos que tienen buena conducta su reingreso en la sociedad «en mejores condiciones», comentó la directora general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, que agradeció a la Sociedad Estatal de Infraestructuras y Equipamientos Penitenciarios (SIEP), «su aportación a este modelo de reinserción social». Denuncias Sin embargo, la seguridad del CIS plantea algún problema. Según Rafael Moral, jefe de servicio y delegado sindical de la cárcel de A Lama, este recinto inaugurado ayer no tiene ningún funcionario de vigilancia adscrito, sino que son los que trabajan en el centro penitenciario pontevedrés los que mediante turnos rotativos, se encargarán de la seguridad. «Pero sólo habrá uno por turno», aclara el funcionario. Y se pregunta: «Qué ocurre si hay algún problema. Son 67 personas contra una». Actualmente están en conversaciones con las autoridades para que haya al menos dos vigilantes adscritos al centro. Sin embargo, la responsable de las cárceles españolas refuta este comentario ya que «son presos de tercer grado. No les interesa hacer nada porque eso implicaría perder sus beneficios penitenciarios». 18.000 nuevas celdas El plan aprobado hace siete meses por el Gobierno central incluye también la creación de 18 centros penitenciarios en régimen ordinario en todo el territorio, cinco unidades para mujeres y diversos marcos de actuación para mejorar la eficacia y la calidad de vida en las cárceles. En total, 18.000 nuevas celdas de diferentes finalidades. El coste total de este proyecto asciende a 1.600 millones de euros para el próximo sexenio.