Los políticos son ya el tercer problema local después del tráfico y la vivienda

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Mejora la percepción económica a diferencia del pesimismo dominante en el resto de Galicia La seguridad ciudadana no experimenta un mayor grado de inquietud entre los vigueses

02 oct 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

El tráfico es una preocupación constante en Vigo, cualquiera que sea la época del año. El barómetro urbano realizado por Sondaxe para La Voz de Galicia lo vuelve a poner de manifiesto aunque, en esta ocasión, el nivel de impaciencia ante este problema sube posiciones (seis puntos porcentuales) respecto a la última encuesta realizada el pasado mes de mayo. El caos circulatorio, el aparcamiento y el transporte urbano lideran el ránking de los problemas de Vigo, a juicio de sus habitantes. No es la única ciudad gallega que lo sufre. En Santiago de Compostela el malestar es todavía mayor, pero el resultado del sondeo evidencia una vez más que, el tráfico es, con mucha diferencia, el mayor rompedero de cabeza de los vigueses. Por segundo trimestre consecutivo, el urbanismo cede en grado de preocupación. Si en primavera acaparaba la atención del 22% de los ciudadanos, en otoño el porcentaje se rebaja al 17% de los encuestados. Quienes sí son un problema que va a más para los vigueses son los políticos locales. El barómetro de Sondaxe constata un grado de malestar entre los ciudadanos que se ha duplicado respecto a la percepción recogida en mayo. De hecho, es en Vigo, con mucha diferencia, en donde los responsables políticos son mayor motivo de inquietud, en clara sintonía con el contexto en el que se desenvuelve la actividad de todos los partidos con representación en el gobierno local. Empeora, aunque ligeramente, la visión que los vigueses tienen de problemas como la vivienda, la sanidad y los servicios sociales o las infraestructuras de la ciudad. Confianza Los últimos sucesos ocurridos en el municipio y que han causado gran conmoción en la la ciudad, como el crimen de Candeán o la reciente desaparición de la joven Laura Alonso no se manifiestan, sin embargo, en una mayor obsesión por la seguridad ciudadana. Según el Barómetro de Otoño, el grado de preocupación se mantiene en los mismo niveles de hace tres meses y, paradójicamente, es mucho más bajo que en otras ciudades gallegas, como en A Coruña, en donde la percepción de inseguridad va en aumento. La situación economía de Vigo preocupa, pero menos. De hecho, aumenta el número de encuestados por Sondaxe que califica la coyuntura actual de buena o muy buena, cuando hace tan sólo tres meses, eran mayoría los que la consideraban regular, mala o muy mala. El optimismo vigués contrasta con el escepticismo manifestado en el resto de las ciudades gallegas, a excepción de Santiago de Compostela que comparte con Vigo una opinión confiada en la mejora de la situación económica.